Graderío

Ramón Gómez-Vivancos García

Hugo no fue valiente

NO sé porqué nos quejamos de la ausencia de Goitom. Como en Málaga funcionó el invento de Soriano de media punta (para mí no fue así), había que repetir lo mismo, aunque fuera ante un rival distinto y en tu propio estadio. O sea, el recurso de los entrenadores sin personalidad: no tocar lo que salió bien pese a que pueda ser perjudicial en un partido totalmente diferente, máxime cuando, con diferencia, la línea más débil del contrario es la defensa. Aun así, el desacierto de Piatti marcó el devenir del encuentro. Si al argentino se le hubiese ocurrido regatear a César, probablemente hubiera provocado penalti y expulsión del portero. Como en la película Regreso al futuro, la historia habría dado un giro de 180 grados. Mejor nos hubiese ido, porque después Hugo retiró del campo a M'bami para perder definitivamente el control del centro del campo, y Diego Alves fue expulsado. Para rematar la faena, Esteban falló estrepitosamente en el segundo gol visitante, al encontrarse demasiado adelantado y retroceder de espaldas perdiendo de vista el esférico. Demasiados errores seguidos ante un rival tan poderoso. Aunque sobre gustos no hay nada escrito, respecto al nuevo himno, presentado en los prolegómenos del partido, pienso que su letra puede llegar a emocionar pero su música es ciertamente hortera. No sé si esta desconsolada canción animará a los jugadores o les sumirá en la tristeza, ya que adolece de un estribillo beligerante. El mismo autor sí que acertó con el himno anterior, Almería Unión, pero el nuevo no deja de ser un híbrido entre el folclórico cántico del Sevilla interpretado por El Arrebato, y el vulgar dramatismo de Pimpinela.

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