GRADERÍO

Ramón Gómez-Vivancos García

La injusticia nos robó tres puntos

EL Almería jugó para ganar, lo mereció, y al final perdió. La justicia en el fútbol la determinan los goles, no obstante el marcador de ayer fue uno de los más inmerecidos que yo recuerdo. Nunca es fácil lograr una victoria, si bien la heroicidad del Mallorca en su estadio, al obtener cinco triunfos consecutivos, venía precedida por un calendario muy favorable, porque los que sucumbieron en el Ono Estadi navegan en la cola de la clasificación. O sea, el león no era tan fiero, y a ello se le unió un Almería dominador, serio y compacto, al que sólo le faltó pegada. La culminación de la inocencia en ataque se vio reflejada en el error monumental de Soriano mediada la primera mitad. La tardía entrada de David Rodríguez, no hizo sino confirmar los minutos desaprovechados con anterioridad. También pusieron su granito de arena un sensacional Aouate y el nefasto colegiado Pérez Burrull, que se comió un claro penalti a nuestro favor por manos de Ramis, que por cierto tan sólo fue amonestado en una ocasión. Al final, el funesto trencilla habilitó la más que dudosa posición de Víctor en el segundo gol bermellón. El Almería bajó su rendimiento en la segunda parte porque, entre otras cosas, el rival también juega, aunque los rojiblancos merecieron, como mínimo, el empate. En rueda de prensa, Hugo, que sigue romo a la hora de las sustituciones, por una vez describió con acierto el encuentro, pese a que destacó de nuevo a Soriano, obviando al mejor del partido, Piatti. A propósito, amigo Chema Fernández, yo nunca me referí a la supuesta antipatía de Hugo Sánchez fuera del estadio. Posiblemente, te hayas confundido con el comentario de otro articulista.

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