DECIR que Almería es una ciudad conocida deportivamente a nivel europeo por su voleibol y por el Club Unicaja no es ninguna novedad. Hace ya muchos años que esto es una realidad y hace también mucho tiempo que nuestra ciudad disfruta del privilegio de competir al máximo nivel continental en un deporte de equipo, algo que está al alcance de muy pocas.

Son ya muchos años los que nuestro equipo y nuestra ciudad son la referencia española de este deporte, con independencia de quién gana la liga puntualmente cada año; y muchos años, también, los que nuestro voley pone en el mapa europeo a una Almería cada día más internacional, más turística, más atractiva y más demandada, entre muchas otras cosas, también por el deporte y, en este caso, por el voleibol.

Es indudable que hay que felicitar a mucha gente por todo esto, desde los más altos responsables del club, con su junta directiva, sus técnicos y jugadores, hasta el último de los aficionados almerienses que, con su aliento y su ánimo, han conseguido que nuestra ciudad capitanee este deporte en todo el territorio español y, al mismo tiempo, que los almerienses vivamos en primera persona lo que es luchar por estar entre los mejores del continente en una modalidad deportiva de equipos.

Pero además del reconocimiento, lo que quiero hoy es lanzar mi más potente y sincero grito de ánimo para el club, para los profesionales y para la afición, porque tenemos por delante una temporada que va a hacer historia y en la que, a nivel europeo, vamos a reverdecer nuestros mayores laureles. Fuerza, ánimo y a por todas.

CIERTAMENTE, a estas alturas de la temporada estamos acostumbrados a que comience la competición europea en el deporte almeriense. Y ciertamente, también, el paso del tiempo y el extraordinario vigor de ese proyecto y realidad de nuestro deporte que se llama Club Voleibol Unicaja Almería, nos tienen acostumbrados a que sea así, a pesar de que se trata de un privilegio que pocas provincias disfrutan en España.

El caso es que, de una u otra manera, Almería tiene una cita anual con Europa a través de las andanzas y éxitos de nuestro Unicaja, que se ha hecho un fijo en las competiciones continentales y que ha provocado que nuestra provincia sea conocida, además de por sus encantos turísticos, naturales, gastronómicos o monumentales, también por la altísima talla de su representante en el voley internacional.

Nos disponemos a vivir, en el Pabellón Moisés Ruiz, una nueva y apasionante temporada europea de un equipo que está preparado para optar a lo mejor, como está demostrando en su excepcional arranque en la competición doméstica, donde todavía no conoce la derrota y donde está mostrando un extraordinario nivel en todos los aspectos.

Estoy seguro de que, un año más, la gran afición del Club Voleibol Unicaja Almería, no dejará que nuestro equipo más representativo a nivel continental camine solo por Europa y le dará el mismo cariño, apoyo y sentimiento que siempre le ha trasladado, desde hace muchos años, contribuyendo de manera clara y decisiva a configurarlo como un referente de este deporte, por supuesto en España, pero también en Europa.

Algo que, también a buen seguro, corresponderán los hombres de Carlos Carreño, un técnico de la casa que está demostrando que aquí, en casa, se cultiva un voleibol que nada tiene que envidiar a ningún otro lugar del mundo y que, junto con el presidente, Ramón Sedeño, y el resto de jugadores y profesionales del club, no dejan de colocar a Almería, temporada tras temporada, en los lugares del más alto privilegio deportivo.

Para todos, enhorabuena, gracias y mucha fuerza para seguir alcanzando éxitos.