GRADERÍO

Ramón Gómez-Vivancos García

Se ganó a pesar de Lillo

MENOS mal que el nuevo técnico almeriense comentó en su primera rueda de prensa que el protagonismo de su ego había pasado a mejor vida. Y es que el éxtasis final vivido gracias al primer gol de Ortiz Bernal en primera división, no debe ocultar las extrañas decisiones de un entrenador que se ha ganado su fama a pulso. Como si de adivinos se tratara, varios aficionados de la Real Sociedad nos describieron en los foros de internet lo que iba a suceder si Lillo seguía siendo Lillo. Mucho "centrocuentismo", sorprendentes y tozudas decisiones, y poco más. Por desgracia, así fue. La falta de un delantero centro no sólo se notó sobremanera, sino que conforme pasaban los minutos los jugadores iban perdiendo la seguridad en sí mismos ante la ausencia de un referente, de una brújula con la cual guiarse, máxime cuando juegas en tu propio estadio frente al peor conjunto de la categoría. Quizás, gracias a ello, hoy no lo estamos lamentando. Al término de la primera mitad, se pudo presenciar algo insólito: pitada de la zona de tribuna al recién llegado entrenador cuando se dirigía a los vestuarios. Tras el descanso Lillo rectificó a medias, porque introdujo a Goitom pero retiró a Corona, la conexión más natural que requería el ansiado delantero. Coincidencia o no, con el sueco en el campo llegaron los mejores minutos. Al final, en rueda de prensa, Lillo intentó explicar el porqué de su extraña decisión y reconoció que se equivocó al retirar a Corona. Nuestro jefe de deportes, Gregorio Navarro, preguntó al técnico qué le pareció la pitada que le dedicaron los aficionados en el descanso. Lillo respondió que no se enteró, pero que "bien empezamos". Pues eso mismo digo yo.

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