Graderío

Ramón Gómez-Vivancos García

Ya se huele la salvación

HACÍA mucho tiempo que no se disfrutaba de un auténtico ambiente de derbi como el que ayer hubo en el Estadio Mediterráneo. Y es que la rivalidad con los numerosos aficionados que se desplazaron desde Málaga, provocó la reacción de buena parte de nuestra afición. Esa misma tensión se trasladó al terreno de juego en un partido atascado, bronco, que mereció ganar quien aportó más para conseguirlo, y ese fue el Almería. Para este tipo de encuentros siempre se echan en falta jugadores como Corona, aunque seguramente el talaverano no estaba todavía a tope tras su reciente lesión. Aun así, el Almería llegó a la meta contraria con más peligro que su rival, como en la exquisita maniobra de Goitom, que tras un control de figura mundial disparó con potencia al exterior de la red. Si el sueco tuviera gol, evidentemente no estaría entre nosotros, aunque su excelente aportación nos basta y hasta nos sobra. Sin embargo, una jugada entre los dos peores jugadores rojiblancos hasta ese momento, se convirtió en el desatascador que andábamos buscando. Así es el fútbol. La única nota preocupante la puso Acasiete. Al central peruano se le ve lento, como demostró en la acción en la que el colegiado le mostró la cartulina amarilla. Además, continúa transmitiendo inseguridad a la hora de distribuir el juego por su zona. Por el contrario, Piatti sigue su lenta progresión ascendente, paralela a la de su equipo y a la imagen de su entrenador, que conforme pasan las jornadas se revaloriza, tal y como indican los números que nunca mienten, porque si computamos la clasificación desde que Lillo se hizo cargo del Almería, los rojiblancos ocupan plaza de Champions. ¡Casi nada!

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