Graderío

Ramón Gómez- / Vivancos García

No me resigno

NO ha habido manera de ganar al Mallorca en la presente campaña. Si en el Ono Estadi se perdió un partido que debió caer del lado rojiblanco, ayer se volvió a escapar la victoria por falta de picardía y mala uva. ¿Por qué no se realizaron los dos cambios disponibles para, descaradamente, matar el encuentro? ¿Por qué no se perdió tiempo en el córner que lanzó Ortiz Bernal a falta de tres minutos? Justo después llegó el gol visitante. Nadie puede adivinar el futuro, pero si se hubiesen utilizado todas las malas artes en los cinco últimos minutos, difícilmente hubieran volado dos puntos. Lillo manifestó que los cambios son una posibilidad, pero no una obligación. Yo pienso que las sustituciones de ayer eran obligatorias para haber asegurado tres ilusionantes puntos. Lo digo, porque precisamente gracias a Lillo todavía podemos luchar por Europa, como ayer se demostró en un encuentro excepcional. Y es que resulta ridículo seguir haciendo cuentas por el descenso. Lo que no soporto es el típico comentario derrotista de numerosos aficionados cuando dicen que eso de Europa no es para nosotros. Si equipos como el Valladolid, Málaga u Osasuna han cruzado los Pirineos no sólo para jugar amistosos, ¿por qué nosotros no podemos al menos intentarlo? Hay entrenador, equipo, jornadas suficientes y un calendario con enfrentamientos antes rivales directos. Sin ir más lejos, el próximo domingo en San Mamés. Por último, pésima la difusión que, sobre todo desde la web del club, se le da al Almería juvenil. Un equipo que está haciendo historia con su liderato, merece algo más que un simple anuncio por megafonía en el descanso, además de otro horario más atrayente para sus partidos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios