Graderío

Ramón Gómez- / Vivancos García

Hay que mantener la cabeza fría

DURANTE toda la semana le manifesté a Paco Gregorio mi optimismo de cara al partido en Jerez, y ciertamente no me equivoqué porque el Almería jugó para ganar, y lo mereció ante un flojo rival que descenderá a Segunda División. El equipo está vivo, domina a sus rivales, pero se ha convertido en una máquina imparable de desperdiciar ocasiones de gol. Aun así, nos hubiera servido el punto de oro que el juez de línea nos birló en el último segundo. Posiblemente el hombre se contagió de nuestra inoperancia. Yo creo que con los contraataques errados por el Almería en los diez últimos minutos, se puede realizar un video de esos que se emiten en Navidad. Me duele tener que escribir esto, pero Nieto fue el triste protagonista. Precisamente el madrileño entró por Vargas, que incomprensiblemente fue el elegido para abandonar el terreno de juego cuando estaba siendo el mejor jugador rojiblanco. De todas formas, habría que mantener la calma porque el equipo no da síntomas preocupantes, sino todo lo contrario. Analizando la clasificación, sigo viendo la salvación factible por varias razones: quedan nueve puntos en juego y tanto el Tenerife como el Valladolid deben visitar el Camp Nou. Asimismo el Málaga, que recibe al Real Madrid en la última jornada, tiene dos salidas muy complicadas. Eso sin contar con los enfrentamientos directos que quedan entre los que luchan por la permanencia. Y lo más importante es que al Almería le restan dos encuentros en casa, y nuestro conjunto es un hueso muy duro de roer en el Mediterráneo. Además, sigo pensando que en esta campaña la salvación rondará los 39 ó 40 puntos. Por lo tanto, no nos pongamos nerviosos.

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