Graderío

Ramón Gómez- / Vivancos García

El récord de Lillo y la salida de Soriano

ESTOY totalmente de acuerdo con las últimas decisiones del club. Juanma Lillo, recibido con recelo, debía continuar. A su llegada manifestó, "a ver si dejo al Almería donde está y no la jodo". Al final, cumplió su deseo y dejó al Almería en Primera. Además, logrando un curioso récord: a falta de un pequeño detalle, el pasado 24 de marzo, tras vencer al Zaragoza y alcanzar los 36 puntos, se consiguió la salvación. No me refiero a la permanencia matemática, sino a la cifra de puntos que a la postre resultó ser suficiente para eludir las tres últimas plazas. Ni Emery, ni Hugo Sánchez, lo lograron tan pronto. Es evidente que en esta campaña la salvación ha estado muy barata, aunque si el pasado 28 de diciembre alguien hubiese pronosticado que el Almería, de la mano del nuevo técnico tolosarra iba a alcanzar en marzo la puntuación necesaria, como broma, hubiera quedado muy bien. El pequeño detalle que faltaba se obtuvo al empatar en Tenerife. Ese resultado nos hubiese permitido liderar el hipotético triple empate a 36 puntos con el conjunto insular y con el Valladolid. Por otra parte, entiendo y aplaudo la salida de Soriano. Lo reconozco, no me lo esperaba, el centrocampista maño ha completado una temporada sensacional. Lo que ha perdido físicamente lo ha ganado en experiencia y en posicionamiento sobre el césped, eso es innegable, si bien no es un jugador insustituible. Aun así, la decisión del club ha sido valiente y acertada. Yo pronostico que a partir de ahora su rendimiento caerá en picado, aunque aprovechando su actual estado de forma, Soriano habrá exigido unas condiciones que el Almería ha rechazado y Osasuna habrá aceptado. Más de uno se lo agradecerá.

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