Graderío

Ramón Gómez- / Vivancos García

La suerte está echada

SE acabaron los ensayos, los cambios múltiples y la intrascendencia del resultado. El próximo domingo ya habrá tres puntos en juego, aunque Lillo tendrá tiempo durante la temporada para pulir los detalles que aún no le satisfagan. Anoche se cerró la pretemporada con un nuevo triunfo frente al Granada, por lo que el balance general ha sido positivo, si bien habría que preguntarse por qué se han elegido rivales inferiores. Para empezar, me viene el recuerdo del primer Barça de Cruyff que triunfó. Aquella pretemporada estuvo plagada de encuentros accesibles, con marcadores escandalosos para los culés. Por pura lógica, uno piensa que frente a rivales de menor entidad se puede fortalecer la confianza y la autoestima, sumamente importantes para que un jugador exhiba su máximo rendimiento, no obstante es posible que en nuestro caso el aspecto económico haya influido decisivamente. De cualquier forma, para un partido de presentación siempre se debe contar con un adversario de tronío. Y si no, repasen todos los encuentros de este tipo programados por nuestros rivales. Sin ir más lejos, el que hoy juega el Hércules en su estadio. Con respecto a la defensa de tres hombres tan ensayada en estas semanas, tenemos la referencia de la pasada campaña cuando se utilizó en nuestro estadio ante el Sporting y el Real Madrid. Hasta ahora no nos ha ido mal, aunque anoche en Granada, de inicio, Lillo optó de nuevo por una defensa de cuatro. Por último, habrá que ver si el Almería B de Salmerón, fundamental a partir de ahora, utiliza un sistema similar al conjunto de Lillo. Sinceramente lo veo difícil, y por consiguiente no lo entendería, pero hay que esperar.

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