Graderío

Ramón Gómez-Vivancos García

Contento no, esperanzado sí

HA sido difícil realizar este artículo por dos razones: en primer lugar por mi bajo estado de ánimo después del escaso botín logrado tras el gran encuentro del Almería. Y en segundo lugar porque casi todo lo que redacte serán meras obviedades ante el excelente partido de los nuestros. En cualquier caso, se puede afirmar con rotundidad que el Almería ya compite, como hace un par de jornadas exigía con razón Alfonso García. Quizás influyeron negativamente los pasados experimentos de Lillo o los tiernos choques de pretemporada, pero lo importante es que nuestro conjunto, con sus defectos y sus virtudes, ha vuelto para permanecer en primera. Yo no sé si la defensa del Málaga fue en la tarde de ayer lo más parecido a un coladero o nuestro equipo consiguió imitar con éxito al Barcelona, pero lo cierto es que el empate supo a derrota, muy al contrario de la sensación que tuvimos frente a la Real Sociedad. Todo el conjunto estuvo a una gran altura, especialmente Corona, si bien merece ser destacado Juanma Ortiz. El ahora lateral izquierdo nunca fue santo de mi devoción, quizás porque en otras campañas se le ha exigido realizar lo que sabe hacer y lo que no. Sin embrago en esta temporada su cometido sobre el terreno de juego está haciendo que sólo se le exprima su buen hacer. En cuanto a Uche, se confirma mi teoría: con él no nos aburrimos, ya tenemos debate y tertulia semanal sobre el jugador más extraño y peculiar de la liga española. Al final me retiré contrariado por lo sucedido, aunque sumamente esperanzado. Por cierto, me pareció patética y cateta la salida al campo de la bandera andaluza portada por los jugadores. No venía a cuento y menos en nuestra discriminada tierra.

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