Graderío

Ramón Gómez- / Vivancos García

La suerte se alía con Lillo

NO nos engañemos, la segunda mitad del Almería fue aceptable pero este equipo sigue herido tras el enésimo experimento de Lillo. No soy de los que le ciegan las victorias con goles más o menos afortunados o con jugadas desordenadas que terminan por resolver jugadores de calidad. En la noche de ayer las individualidades rojiblancas superaron al sistema de juego donostierra. La Real Sociedad sabe a lo que juega, tiene un patrón de juego definido, aunque no conviene olvidar que a diferencia de nuestro equipo, anoche disputaron el partido con varios suplentes. Este Almería es previsible, no juega a nada, sin embargo le sonríe la fortuna. Para colmo, la alineación sin los extremos nos pudo costar la eliminación de Copa, si bien Lillo sigue sobreviviendo gracias a momentos puntuales y a Ulloa, el cual ha estado postergado en el banquillo demasiadas jornadas, merced a la sabia decisión de nuestro entrenador. Ahora más de uno nos venderá la recuperación del conjunto de Lillo. Nada más lejos de la realidad. Nadie puede adivinar lo que ocurrirá el próximo domingo en Madrid, ojalá se pueda sacar algo positivo, aunque me temo que en ese encuentro no podremos echar mano de las jugadas aisladas que nos mantienen con oxigeno. Por cierto, si Lillo fuera cesado en Madrid, espero que Alfonso García no se fije en Víctor Muñoz, comentarista de Gol Televisión, porque su conocimiento de los jugadores deja mucho que desear. Por último, habría que disculpar el mal partido y el grave error del internacional danés Jakobsen. No se le debe juzgar por un solo encuentro. Por el contrario, además de Ulloa, merece ser destacado Michel, un jovencísimo jugador que nos reportará muchos euros.

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