SE veía venir. No me refiero a la victoria, sino a la exhibición del próximo jugador con el que haremos caja, Piatti. El argentino ha tardado demasiado tiempo en convertirse en aquel jugador que nos encandiló a través de youtube, pero al fin completó la mutación. Digamos que el extremo se ha ido transformando al igual que el increíble Hulk, más conocido como La Masa, eso sí, tardando dos años y eligiendo el color rojiblanco en vez del verde. En cualquier caso, en los encuentros más grises de la época de Lillo, Piatti ya mostraba su ascendente evolución y su superioridad con respecto a sus compañeros. Sí, el Sevilla es una sombra de lo que fue, pero en el viaje que conduce a la permanencia había demasiados asientos libres, que anoche empezaron a ocupar varios jugadores ayudados por el nuevo método de Oltra: más ritmo, más compromiso, más actitud y menos centrocuentismo barato. Lógicamente, sin la nueva intensidad impuesta por el técnico valenciano, difícilmente se podría plasmar lo anteriormente expuesto. Por ejemplo, la nueva cara mostrada por M'bami nos puede guiar: un jugador como el camerunés, que vive de su potencia y robo de balón, no puede permitirse el lujo de trotar en el trabajo diario. Ya se sabe, se juega como se entrena. Ayer, M'bami realizó un encuentro tan extraordinario como el de Piatti, así como Vargas, que rayó a gran altura para dar una alegría a los que especialmente nos emocionamos con las victorias conseguidas en el corazón de Andalucía. Y para completar una gran noche, al fin se estrenaron las camisetas con la publicidad insertada correctamente. Yo no creo en la suerte, porque no existe, pero por estética, ojalá continúen vistiendo dichas elásticas.