Graderío

Ramón Gómez- Vivancos García

Así es imposible seguir

QUINCE goles encajados en los cinco últimos partidos. Con esta carta de presentación el Almería no puede entregar la solicitud de renovación en primera. Tras el histórico pase a cuartos en Copa, desde estas líneas mostré mi inquietud acerca de la vulnerabilidad de nuestro conjunto, pese al injustificado enfado de Oltra que no quiso deliberar sobre la martilleante realidad. De hecho, ésa misma causa fue la que la pasada campaña envió a su Tenerife a la categoría de plata. Concediendo tantos como el primero (Lahoz debió aplicar la ley de la ventaja en la falta que da origen al gol) o el tercero cuando se logró lo más difícil, solo podemos aspirar a mantener el acierto del pasado jueves, que únicamente está al alcance del actual Barça. Por lo tanto, blanco y en botella. Con respecto a la candidez de Jakobsen, mejor ni hablar. Injustificables fueron las ausencias de Marcelo Silva y de Bernardello, dos jugadores clave para apuntalar la susodicha seguridad defensiva, máxime cuando ambos descansaron en el torneo del KO. También fue llamativo observar a M'bami, tan efectivo en la presión como errático en la entrega, lanzar las jugadas a balón parado. Y cómo no, la enésima ausencia de Ulloa desde el comienzo. Solo por estadística, ¿cómo nos podemos permitir ese lujo? Demasiados errores infantiles, demasiados despropósitos que la mayoría de aficionados detecta y demasiadas incógnitas de cara al futuro si no se tapona la herida por donde el Almería se desangra. Por cierto, ¿no sería más cómodo presenciar los encuentros del filial desde la preferencia del Estadio Mediterráneo? Dicha zona está más cerca del terreno de juego y se encuentra próxima a los aparcamientos del propio recinto deportivo.

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