opinión

Carmen Navarro

El prestidigitador de la Moncloa

DE todos es conocido el poco tino del presidente Rodríguez Zapatero para prever la evolución de la economía. A su más que demostrada incapacidad para gestionar con eficiencia y a su obcecación ideológica, que roza lo patológico, se suman su falta de conocimiento, su interés en ocultar una realidad obvia y, directamente, el haber basado su política en la expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa.

Ha quedado acreditado a lo largo de los últimos años que el presidente del Gobierno nunca ha querido que los españoles sepamos la verdad sobre la evolución de la economía; por eso, en toda ocasión y en más de un escenario, no ha dudado en acudir a la prestidigitación dialéctica para tratar edulcorar la realidad. Todos recordamos su negación de la crisis y su empeño por hablar de desaceleración; y todos, especialmente los miles de almerienses que llevan meses sin encontrar trabajo, estamos padeciendo las consecuencias de las dos caóticas legislaturas de la era Zapatero.

Los juegos de palabras de los que el presidente del Gobierno tanto abusó para tratar de ocultar lo evidente no van a servir a partir de ahora para confundir a los españoles. El Banco de España ya ha recortado las previsiones de crecimiento que había presentado el señor Rodríguez Zapatero. Al Gobierno le faltan, como poco, 4.000 millones de euros para cumplir con los objetivos de déficit que ha marcado la Unión Europea; y esos millones tendrán que salir nuevamente de los bolsillos de todos los españoles, ya sea vía impuestos o bien mediante nuevos recortes. De esa cifra millonaria, los almerienses tendremos que hacer frente a 60 millones de euros. Este tijeretazo, sumado a los que ya ha perpetrado el Gobierno en esta legislatura, significará acumular un nuevo retraso a la llegada del AVE, limitar la puesta en servicio de los tramos de la Autovía del Mediterráneo que aún están pendientes de construcción y frenar el desarrollo de las infraestructuras que deben garantizar el suministro del agua a los agricultores almerienses.

El presidente Rodríguez Zapatero ha supuesto para Almería un estancamiento en lo económico y un retroceso en lo social. Con un paro estructural de 100.000 personas, Almería no puede permitirse el lujo de seguir soportando un Gobierno de España formado por ministros cuya única preocupación es estar bien situados en una carrera sucesoria que no conducirá a nada; Almería no puede ser rehén de un gobierno de la Junta de Andalucía en plena descomposición, que se desmorona a cada día que pasa; Almería no puede ser moneda de cambio para gobernar una Diputación provincial que deja a un lado a aquellos ayuntamientos que no son de su cuerda.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios