graderío

Ramón Gómez- Vivancos García

Cuesta abajo y sin frenos

AUN a sabiendas del inminente descenso, me marché del Estadio Mediterráneo triste, no ya por la derrota, sino por la pantomima protagonizada por los jugadores del Almería en los últimos diez minutos. Con una mínima desventaja, el equipo bajó los brazos sin apelar al orgullo y sin tener en cuenta a los aficionados almerienses. Ya sé que poco o nada se iba a solucionar, pero al menos se podría haber arriesgado en busca de un empate que a más de uno que le hubiera satisfecho. Y es que el rival es uno de los que incitan en Almería. Olabe reconoció en rueda de prensa su momentáneo fracaso, que no tiene por qué ser la pérdida de la categoría; más bien su etapa se fundamenta en insuflar seguridad y fortaleza a un conjunto que iba a la deriva total, con independencia de la consecución o no de la salvación. Sin embargo, más que deriva total está siendo un ridículo hundimiento clasificatorio, a no ser que cambie la dinámica actual. ¿Alguien se acuerda de la última victoria? Fue en Alicante con Feghouli y M'bami de protagonistas goleadores. También Marcelo Silva, como casi siempre, disputó un gran partido. Ayer el argelino y el uruguayo estuvieron por decisión técnica en la grada, mientras que el camerunés volvió a disputar los minutos, más que de la basura, de la porquería. Al menos pudimos disfrutar de nuevo con Piatti, convocado por Batista para la selección absoluta de Argentina. El prometedor delantero volvió a crear peligro y no apartó la pierna en las disputas, pese a su inminente horizonte futbolístico. Bravo. Ahora lo único que queda es intentar escalar a la antepenúltima posición (también casi imposible) por si en este país se aplicara de una vez la ley a los clubes morosos.

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