TODOS creemos que el paso de Roberto Olabe por el banquillo del equipo rojiblanco va a ser fugaz. Al menos tiene esa pinta y que el presidente apostará por él para que dé forma al proyecto deportivo de la próxima temporada, que no va a ser nada fácil. En ese proyecto, me cuentan, podría entrar un viejo conocido de la afición rojiblanca y que encaja perfectamente en los planes de Alfonso García. Al menos, dicen, es de los que hacen tilín al presidente, porque parece estar tocado por una varita mágica. Al menos eso es lo que dicen los números: dos ascensos consecutivos a Primera División con equipos muy distintos, aunque ambos con un denominador común: la austeridad. ¡Qué os voy a contar de cómo estaba el Xerez de hace tres o cuatro temporadas, donde hasta al que vendía pipas en el estadio tenía problemas económicos, o cómo estaba y sigue estando el Hércules! Sabéis ya perfectamente de quién estoy hablando, ¿no? Pues claro que sí. De Esteban Vigo. Todos sabemos que en los mentideros deportivos, dicho de otra manera, en los bares, coincidiendo con la semifinal de Champions, unos conocidos que se saben con todo lujo de detalles la vida de los jugadores rojiblancos -hay cosas que cuentan como para llevarse las manos a la cabeza, aunque lo de la vida privada de cada uno, allá con lo que hace- me insistían en Esteban. Lo cierto es que es el nombre de un entrenador que por su currículum parece que es de los que se ajusta al perfil que quiere Alfonso García y que no olvidemos, en estos momentos está libre y con tiempo más que suficiente como para ir planificando la próxima temporada. A mí no me parece mala opción Esteban Vigo. ¿Y a ustedes?