graderío

Ramón Gómez- Vivancos García

En busca de nuestra consolidación

DESDE aquel 10 de enero de 2001, fecha del estreno oficioso de la UD Almería, nuestro club ha logrado escalar desde la Segunda B hasta la máxima categoría, consiguiendo por el camino varias permanencias que en su mayoría supieron a ascenso. Por primera vez, ayer se descendió de categoría después de permanecer cuatro temporadas en primera. Con este corto pero brillante historial, con un club saneado económicamente como nunca hemos visto en Almería y con un proyecto de cantera que ya es una realidad, todavía se escuchan por la calle predicciones ciertamente pesimistas en torno al futuro inmediato del Almería. ¿Alguien pensaba que nuestro club iba a continuar eternamente en primera como el Madrid, el Barça o el Athletic? Yo más bien preguntaría, ¿dónde hay que firmar para ser un Osasuna o un Valladolid? Estos conjuntos y otros muchos están enraizados en la liga de fútbol profesional y un descenso lógicamente les causa tristeza, pero lo asumen como algo natural porque su consolidada estructura les permitirá regresar a la élite más temprano que tarde. Recuerdo unas recientes declaraciones de Alfonso García aseverando que el día del ascenso a primera, la mayoría de aficionados hubiera firmado permanecer cuatros años en la máxima categoría. Ahora lo que hay que hacer, una vez pasado el cíclico calentón del histórico presidente que tanto nos ha permitido disfrutar, es continuar en la misma línea con lo que se ha hecho bien y corregir las numerosas meteduras de pata. Sin ir más lejos, ayer alguien hizo coincidir el partido del filial con el del primer equipo. ¿Por qué hay tanto incapaz en lugares de responsabilidad?

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