SI la renovación de Alberto Benito ha supuesto la primera advertencia de que la nave rojiblanca navegará en la misma dirección por las turbulentas aguas de la Segunda A, atemorizan aún más las declaraciones efectuadas por el secretario técnico a este medio. Partiendo de la base de que los entrenadores, jugadores y demás integrantes de cualquier entidad suelen decir poco o nada interesante en las entrevistas (una de las excepciones es Alfonso García), los razonamientos del director deportivo tras la debacle de esta pasada campaña, chocan de frente contra el sentido común futbolístico. Para comenzar, Benito nos anuncia que se busca un entrenador trabajador. ¿Para esta afirmación un profesional puede emplear unos segundos de su vida? También habló de la base de la plantilla. Garantiza que es válida y que no la piensa deshacer porque, según él, está preparada para competir en la categoría de plata. Cada uno, por muy incapaz que sea, puede tener su opinión, pero una verdad a medias es la peor de las mentiras. Cualquier fiel aficionado sabe que posiblemente nos falten dedos de una mano para contar los componentes del actual plantel que ya no están preparados, ni quizá dispuestos, para luchar en el fango de la Segunda A. ¿O es que existe algo eterno en esta vida? Algunos jugadores dieron un resultado excelente en el pasado y hay que darles las gracias por permitirnos disfrutar de la máxima categoría, pero que a nadie se le olvide, cobraron religiosamente por ello. Con respecto al stage de pretemporada, no te calientes la cabeza Alberto, decidirá Alfonso. Y como colofón, su gran titular: nos ilusionarán los que no venderemos. Claro, si la base ya está hecha, no nos queda otra. Igual me voy de vacaciones a Lourdes.