UNA vez más, la entidad rojiblanca mostró su lado oscuro. No me refiero a la nueva campaña de abonos, que abordaré en los próximos días, ni a la valía o la inexperiencia del nuevo técnico, Luis Zubeldía, sino al proceder organizativo de un club que no lo hace peor porque no sabe o no puede. ¿A quién se le ocurre presentar, sin previo aviso, al nuevo entrenador? Además, sin la debida antelación (los actos importantes se fijan con la anticipación que éstos merecen), ayer se convocó a la prensa para dar a conocer el precio de los abonos que regirán durante nuestra nueva andadura en la Liga Adelante. Sin embargo, una vez concluido el acto, se anunció por sorpresa que en breve se procedería a la presentación del nuevo inquilino del banquillo rojiblanco. Estimados lectores, así no puede ni debe funcionar un club de la liga de fútbol profesional. Dicho esto, Luis Zubeldía, al que le dispenso el manido saludo de bienvenida, fue presentado como la antítesis del perfil que anunció Alberto Benito. No es que no sea trabajador, sino que no tiene experiencia alguna en el fútbol español. No obstante, dijo conocer al dedillo, mediante videos, a nuestro equipo y a los conjuntos de Segunda A, aunque al preguntarle por Nieto, igual le sonó más bien al laureado motociclista. Tampoco conocía la procedencia exacta de sus abuelos, del País Vasco. Pero bueno, a mí lo que me importa es que confirme las buenas referencias que, como futuro técnico, nos llegan desde Argentina, que pese a su juventud domine a las vacas sagradas del vestuario, que venga con hambre de triunfo (eso seguro) y que nos coloque entre los seis primeros equipos del campeonato. ¡Suerte míster!, porque tu éxito será el nuestro.