Almería

Millares de valientes salen a hombros tras 'vencer' a los toros de fuego

  • La plaza del Ayuntamiento se convirtió en la noche del miércoles en un volcán de petardos, carretillas, pólvora y cohetes

La plaza del Ayuntamiento de Dalías se convirtió, un año más, en una improvisada plaza de toros, eso sí, de primera categoría. Lo hizo para acoger el festejo taurino de los toros de fuego, donde seis astados de la ganadería de la Pirotécnica Nuestra Señora de Gádor se vieron las caras con más de 1.000 improvisados toreros que salieron por la puerta grande como no podía ser de otra manera.

Esta actividad que se enmarca dentro de las fiestas del Cristo de la Luz volvió a ser un año más todo un éxito. De hecho, con actividades como ésta se entiende porque Dalías quiere que sus fiestas del Cristo de la Luz sean de interés turístico nacional porque ayer se juntaron sobre sus calles 'toreros' venidos desde distintos puntos de la geografía española e incluso de más lejos. Además todos se ataviaron del oportuno pañuelo rojo que distribuyeron los componentes de la asociación 'Amigos de la Plaza'.

En cuanto al festejo taurino propiamente dicho hay que destacar la bravura de los seis toros que, con sus lomos cargados de tracas y petardos hicieron las delicias de todos aquellos atrevidos que, sin miedo al fuego, se aventuraron con los naturales y las verónicas, eso sí bajo la atenta mirada de los Bomberos del Poniente que estuvieron vigilantes de que todo transcurriera con normalidad. A cada toro, los jóvenes se acercaban a la puerta de la Iglesia de Santa María de Ambrox donde está el Cristo de la Luz para dedicarles la suerte de los morlacos.

Aunque la hazaña ante los zainos de la pólvora duró más de dos horas, los toreros querían aún más. Por esta razón el festejo se acabó con una gran traca final cortesía del alcalde daliense, Jerónimo Robles, quien también formó parte de la cuadrilla y que entre quite y quite demostró ser uno de los principales actores en lo que a la tauromaquia de pólvora se refiere.

La fiesta continúo bien entrada la madrugada. Y es que los toreros comentaban sus hazañas, mientras posaban con los restos de los astados que yacían por el suelo. Además y, como no podía ser de otra manera la plaza del Ayuntamiento de Dalías se quedaba marcada por la sangre negra derramada por los toros de fuego que un año más volvieron a hacer las delicias de todos los que se acercaron hasta Dalías para torear a los toros de fuego.

No obstante, ahora los dalienses ya piensan en el domingo que será el día grande de las fiestas del Cristo con la procesión del mismo por las calles del municipio, así como el gran espectáculo de fuegos y cohetes que volverán a cubrir el cielo de Dalías.

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