Cultura

El sabor de las ocho provincias, en la Muestra Gastronómica de FECOAN

A Antonio le gustaron los gurullos. A Antonio le gustaron los gurullos.

A Antonio le gustaron los gurullos. / Marian León

Escrito por

· Carlos Javier Lillo

Redactor de Finanzas y Provincia

Antonio es un fiel lector del periódico hermano ‘Granada Hoy’, del mismo grupo que el que leen ahora ustedes. Acudió este fin de semana a tierras almerienses para participar como representante de la Cofradía del Cordero Segureño de Huéscar en el Congreso de FECOAN, que unió a los mejores paladares de la comunidad andaluza. Refugiado de la siempre bendita lluvia, los caminos de este equipo periodístico y él se cruzaron en busca de una tapa de gurullos.

FECOAN ofreció en la jornada inaugural una muestra gastronómica que sirvió como intercambio de experiencias de cara a degustar los alimentos típicos de cada rincón andaluz. El tomate fue, claro está, el absoluto protagonista. Volaban las bandejas, había hambre después de la ponencia ofrecida por el chef Antonio Gázquez, en la Calle Solís, al borde de las ‘cuatro calles’, solución improvisada ante las inclemencias meteorológicas, que impidieron celebrar la fiesta en el restaurante ‘El Terrao’.

La camarera se quedó pronto sin platos. La camarera se quedó pronto sin platos.

La camarera se quedó pronto sin platos. / Marian León

Diferentes miembros de la Junta Directiva de la recién estrenada Cofradía Gastronómica del Tomate de Almería como Mar Villalobos o su presidente, Pedro Caparrós, acudieron a la cita y asistieron a las explicaciones que los diferentes profesionales iban entregando sobre la historia y la elaboración de los platos.

Uno de los que más interesados congregó fue la pipirrana elaborada, que tuvo al tomate y al atún como grandes protagonistas. Las tapas iban volando y había quien temía con quedarse sin catarla. Reinó la emoción y el aprendizaje. Iban los cofrades pinchando en los quesos y embutidos que se ofrecían en los diferentes stands, uno por cada provincia participante, mientras la cocina entraba en ebullición. De un lado se cocinaban los gurullos, que pusieron el toque de cuchara, el sabor clásico, al mediodía, justo cuando más de uno ya había fusionado las torrijas, dulce estrella de la época, con el jamón o el gazpacho. El vino puso el toque de distinción.

La cocina, en ebullición preparando los platos. La cocina, en ebullición preparando los platos.

La cocina, en ebullición preparando los platos. / Marian León

La jornada gastronómica concluyó cuando muchos decidieron echarse a la calle, pese a la lluvia, para digerir todo y conocer la ciudad. Las tortillas de camarones cerraron la cocina, aunque este cronista no alcanzó a probarlas pues siempre hay que dejar una asignatura pendiente para la próxima ocasión.

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