Jerez íntimo

Marco Antonio Velo

marcoantoniovelo@gmail.com

Jerez: del nuevo académico Josep Roca al Pregón de la Feria del Caballo

Juan Salido, Josep Roca, María José García-Pelayo y Jesús Medina.

Juan Salido, Josep Roca, María José García-Pelayo y Jesús Medina.

Alfa: Lleno hasta la bandera en el auditorio de la sede social de la Academia de San Dionisio. Solemne sesión de ingreso de Josep Roca Fontané -no el ilustre sino ya el ilustrísimo sumiller de El Celler de Can Roca-. La recepción de un nuevo académico siempre alimenta la proyección de continuidad de la docta casa. La alcaldesa María José García-Pelayo realiza un esfuerzo ímprobo por abrir hueco en su apretada agenda. Logra, al cabo, estar presente. Integran la mesa presidencial, a más del recipiendario, el presidente de la institución Juan Salido Freyre, el vicepresidente de Letras Francisco Antonio García Romero, el secretario general Juan María Vaca Sánchez del Álamo y el académico de Número -y presentador de Roca- Jesús Medina García de Polavieja. Tomo asiento a la diestra del fino escritor Mauricio Gil Cano. Antes saludo a José Argudo López de Carrizosa (de González Byass), Salvador Pineda (de Rutasiete, experiencias turísticas en 4x4), Jerónimo Roldán, Rafael Marín, Andrés Luis Cañadas Machado, Francisco Garrido Arcas, Beltrán Domecq, José Antonio Vázquez, Manu López Iglesias. Asisten al acto destacados representantes del mundo del vino como César Saldaña o José Ramón Estévez. También los académicos José Luis Zarzana Palma y José Manuel Aladro Prieto.

La capacidad comunicativa de Roca está hilvanada de medias verónicas. Templa la suerte de la oratoria. Reparte juego construyendo frases que estiliza entre la metáfora y la greguería. Parece como si en las glándulas salivares cobijara una fábrica de prosa poética. Siempre maridada con el vino de Jerez. Roca posee el esférico de la sapiencia gastronómica a sus pies, como un Franz Beckenbauer cerebral capaz de actualizar la escritura de ‘La casa de Lúculo’. Roca cocina mirando al norte de la gramática y al Sur -Andalucía occidental- de España. Subraya cómo el jerez juega un papel esencial en toda armonía. Para preguntarse acto seguido a qué sabe la nostalgia de un vino. E introduce la función de las correspondencias trasmodales. Un concepto muy en boga a tenor de los tiempos que corren. Clásico como un texto de Petrarca. Roca asume que en un restaurante “vendemos felicidad porque recibimos a gente que nos regala su tiempo”. Humildad que ahuyenta el ego. La musicalidad de su dicción opera maridajes como si de un jazz se tratara. “Aunque no siempre el maridaje perfecto es el más adecuado para todas las circunstancias, dado que a veces en la imperfección puede radicar el elemento emocional”. Cada cual es cada quien y sus circunstancias. Puro Ortega desprovisto de esdrújulos.

La sede de la Academia olía el martes a tierra, a subsuelo, a escuela de Pedro Domecq y a bocadillo de riñones al jerez. Respeto en cantidades industriales. Reivindicación como piedra angular entre la topofilia y el ecocidio. En efecto “el jerez es como el flamenco: visceral y auténtico. Tiene pellizco”. Beber método o beber tierra. O beber tierra con método. La empatía de la química. Nada se pierde, todo se transforma. No obstante es condición sine qua non nutrirse del silencio. Para mí tengo que beber jerez es también una inversión. Incluso espiritual. Beber jerez no suma añadas al recuerdo. Beber jerez no nos roba el futuro. En estas cavilaciones andaba un servidor inmerso minutos después de bajar las escaleras de la Academia de San Dionisio. A los lectores recomiendo con ahínco esta ponencia que pronto estará colgada en la web oficial de la institución cultural de la calle Consistorio. Primero fue el verbo. Y luego la imposición de la medalla de Académico Correspondiente y la entrega del título acreditativo. Roca, como José Manuel Caballero Bonald, nos enseñó otro modo de vivir y de beber.

Beta: A nuestro recordado paisano Manuel Rodríguez Porrúa le gustaba a rabiar las sevillanas con revuelos de aquella incitadora y hasta imperativa letrilla de voz prodigiosa de Francisco de Asís Palacios Ortega, el Pali, que decía y dice: “Vámonos pa la feria, cariño mío…”. Y así debe procederse en efecto incluso de manera temprana -por no decir ligeramente anticipada-. Porque hoy viernes día 3 de los corrientes, a las 20.30 horas y en la elegante caseta de la asociación ‘Al relente’ -la entidad más antigua que la monta en el Real, por tradición y fidelidad a los socios veteranos y por solera-, tendrá lugar el Pregón de la Feria del Caballo de Jerez. De nuevo MAV-Comunicación (Agencia de Comunicación y Gestión Cultural) revalida la organización de esta iniciativa que inició -retomando la entonces desaparecida y antaño pujante a manos del Club de Amigos Karkomedo- hace diez años en la querencia del sostenimiento de un Pregón a la altura de la categoría de nuestra universal fiesta de la Feria de Jerez. Con el apoyo incondicional del Ayuntamiento un año sí y el subsiguiente también. Así como de entidades y empresas tales ‘Al relente’, González Byass, Luma (celebraciones y catering), bar restaurante El Molino, grupo Clínicas Beiman, servicios integrales ANMI y cafetería pastelería Berlín. Los tres pregoneros que conforman el cartel de esta edición 2024 no precisan de ninguna añadidura: la cantante Laura Gallego, el periodista Jerónimo Roldán y el presidente de la asociación ‘Al relente’ Gabriel Mateos Benítez. ¡Todo un lujo! Lo dicho: “Vámonos pa la Feria, cariño mío…”.

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