Álvaro Bustos se convirtió el pasado sábado en el undécimo futbolista en marcar esta temporada con el Recreativo de Huelva. El atacante asturiano, llegado en las últimas horas del mercado invernal, entró al terreno de juego en la segunda parte y convirtió el tercer tanto del partido, además de ser objeto de un claro penalti que le provocó un fuerte golpe en la rodilla.

Su gol frente al Algeciras acabó con una maldición que le perseguía desde que la categoría de bronce del fútbol español se denomina como Primera Federación. Desde su creación, en la temporada 21/22, había anotado 11 goles. Todos en la primera vuelta. El gijonés no sabía lo que era ver portería en el segundo tramo de la competición... hasta el sábado.

Con el Racing de Santander convirtió cuatro dianas entre los meses de septiembre y octubre. A partir de ahí perdió cierto protagonismo en el ascenso del conjunto cántabro a la Liga Hypermotion. El curso siguiente, en Alcorcón, repitió un patrón similar. Esta vez, repartió algo más los siete goles que materializó. Uno en septiembre, tres en octubre, uno en noviembre, uno en diciembre y el último en enero en la penúltima jornada de la primera vuelta.

Desde su aterrizaje en Huelva apenas ha podido contar con tres titularidades, una de ellas en el Nuevo Colombino, ante el Linares Deportivo, donde actuó como lateral izquierdo por la ausencia de Rahim. Ha participado en 15 ocasiones, mientras que con los alfareros contabilizó ocho apariciones en Segunda División, tres como titular, repartiendo una asistencia.

El jugador con pasado en equipos como Mirandés, Gimnàstic de Tarragona o Mallorca tratará de finalizar la temporada con buen sabor de boca, recuperando la confianza que le puede haber dado el gol y contribuyendo a alcanzar el objetivo del playoff con el Recreativo de Huelva.