Vega Sicilia, una de las marcas comerciales más reconocibles y reputadas de España a nivel internacional, ha presentado en Sevilla la evolución de Macán y Tokaj-Oremus, dos de los proyectos que la familia Álvarez Mezquíriz, con el emprendedor Pablo Álvarez al frente, emprendió cuando adquirió la bodega radicada en Valbuena de Duero. Macán embotella unos excepcionales vinos de Rioja desde 2004, y Oremus hace lo propio desde 1993 con los singularísimos tokaji húngaros, vinos envueltos de una mística muy especial.

Luis Galán, presidente de Viñafiel, distribuidora de vinos y espirituosos referencial en Sevilla, ejerció de anfitrión del evento. "Esta iniciativa surgió desde la voluntad de darle la visibilidad que merecen estas dos bodegas, que van a dar mucho que hablar en estos años. Macán y Tokaj-Oremus no tiene el reconocimientos de otras bodegas del grupo, y van dando pasos muy seguros".

Tras un almuerzo en un club privado sito en la Plaza Nueva, en el que Ignacio de Saralegui, director comercial de Tempos Vega Sicilia (grupo que engloba cinco bodegas, Vega Sicilia, Alion, Pintia, Macán y Tokaj-Oremus) e Ignacio Calvo de Mora, director general de Macán, detallaron la evolución de sus tokaji y sus riojas, hubo una cata de ambas marcas con 25 clientes de la alta hostelería sevillana.

Ignacio de Saralegui resaltó la audacia de la familia Álvarez de apostar, hace ya más de treinta años, por la potencialidad de los románticos tokaji húngaros. "Fue su segundo proyecto tras Alión, que empezó en 1991. Empezamos en el 93 y ya en 2000 sacamos Mandolas, blanco seco". Un vino cada vez más pulido, punzante y profundo.

Los Tokaj-Oremus más convencionales, dulces únicos y muy versátiles a la mesa, también se están consolidando año tras año. Y había que darles esa visibilidad: Oremus Aszu de 3 puttonyos (menos concentración de azúcar), de 5 punttonyos y de 6. Y el Oremus Late Harvest. Vinos de una acusadísima personalidad, la que le dan esas uvas recolectadas ya con botritis que forman parte de su alma.  

Macán, por su parte, nace en 2004 de la alianza de Tempos Vega Sicilia con la Compañía Vinícola Edmond de Rothschild. "Se daban los atributos para hacer algo especial en La Rioja y decidimos hacerlo de forma conjunta. Era un proyecto para hacer en unos diez o quince años uno de los mejores vinos de España. Al estilo bordelés", detalla Ignacio Calvo de Mora. 

Se seleccionaron viñedos de San Vicente de la Sonsierra, Rioja Alta, radicados en suelos pobres, cascajos, poco evolucionados. En 2009 salió la primera añada de Macán (cien por cien tempranillo) y ya han cosechado altos reconocimientos en añadas como la de 2016, una de las catadas en Sevilla. Delicado y profundo en nariz, sedoso y elegante en boca. Más complejo, lógicamente, que el 2019.

Macán Clásico, con una fruta que no menoscaba su estructura y profundidad, convive en todo momento con Macán, es tratado exactamente igual desde la viña hasta la cata de clasificación. Y en ese momento, los diferentes lotes de vino de la cosecha se separan, dejando ver los dos vinos de manera individual y mostrando las diferencias entre ambos.  

Vega Sicilia lleva en sus cromosomas una excepcional capacidad de guarda y estos vinos riojanos mantienen esa consanguinidad con los reputadísimos Valbuena 5º, Único y Único Reserva Especial, los vinos que han puesto a la bodega en la primera línea del escaparate internacional.

La restauración sevillana disfruta de un momento de plena ebullición, se suceden apertura más o menos ambiciosas, y dentro del segmento más alto encajan estos vinos húngaros y riojanos que evolucionan año tras año, adoptando las virtudes de sus venerables hermanos mayores.

Y mientras, el espíritu inquieto e innovador de Pablo Álvarez ya da forma a otra criatura en las Rías Baixas. Tempos Vega Sicilia abrirá otra bodega bajo la DO Albariño. Hace siete años que empezaron a comprar viñedos. Se llamará Deiva ("diosa" en gallego) y saldrá, en principio, con dos vinos distintos.