AGR Almeria

Una trayectoria dedicada al sector agroalimentario

  • Juan García es jubilado de Cajamar, desde donde siempre ha trabjado para el sector agroalimentario

  • Hoy es uno de los socios de la Almazara de Felix

Juan Amat, presidente de la cooperativa que gestiona la Almazara (centro), junto a Juan Antonio Navarro (izq.) y Juan García, socios.

Juan Amat, presidente de la cooperativa que gestiona la Almazara (centro), junto a Juan Antonio Navarro (izq.) y Juan García, socios. / d. a.

Juan García es un antiguo trabajador de Cajamar, pieza fundamental de la filosofía de esta entidad que siempre ha estado del lado del agro almeriense y que ha crecido gracias a su apoyo continuo. Y sigue haciéndolo. Después de una vida trabajando para el sector desde el lado financiero, hoy día se dedica a la agricultura, su gran pasión. Este miembro de la Junta Directiva de Asaja y natural del bello municipio de Felix, el Balcón del Poniente, fue uno de los responsables de la creación de la Almazara de Felix a comienzos de la década de los noventa con el afán de recuperar el cultivo por antonomasia de la zona, el olivar, que por aquel entonces estaba sufriendo una crisis y corría peligro de caer en el olvido.

La economía tradicional de este pueblo hasta los años setenta estuvo basada en la agricultura, donde se cultivaban cereales, cebada para los animales y trigo para el elaborar el pan. Además de olivos para obtener el aceite o los almendros, que formaban los pilares de una economía que se podía considerar de subsistencia. Eran otros tiempos y el desplazamiento de los vecinos para enredarse en la agricultura intensiva fue dejando, poco a poco, en segundo plano una agricultura local que hoy subsiste gracias a la Cooperativa Olivarera de Felix.

Pese a no ser una zona de volumen, tampoco lo es hoy, la importancia del olivar era tal que llegaron a funcionar tres almazaras al mismo tiempo. "En la campaña 91-92 solo quedaba en funcionamiento la almazara de 'La Fábrica', en la Carretera, donde hoy hay un restaurante", cuenta Juan García. Como cualquier comienzo, este tampoco fue fácil. La escasez de fondos hizo que los primeros socios, de manera totalmente desinteresada, trabajase fines de semana en las obras de acondicionamiento de las instalaciones.

La maquinaria se compró directamente de Úbeda (Jaén) y hoy día, después de varias fases, esta almazara cuenta con todo lo necesario para molturar la aceituna y extraer un aceite que no deja indiferente a nadie. Uno de los factores que hace inconfundible a este producto, de gran pureza y sabor, es su aceituna, que proviene de olivos centenarios de la variedad cornicabra y tiene un origen muy particular. "Durante casi 200 años, y esto se extendió hasta bien entrados los años sesenta, la mayor parte de los agricultores de Felix completaban su fuente de ingresos con los trabajos de azufrado en los viñedos de media España. De abril a junio de cada campaña viajaban hasta Toledo donde comenzaban una labor que se extendía hasta el País Vasco. Fue en Mora, Toledo, donde conocieron esta variedad de oliva que les llamó la atención por su calibre y el rendimiento que ofrecía".

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