Almería

Detienen al autor de siete atracos cometidos en Ávila, Madrid y Almería

  • Amenazaba a los empleados con un arma de fuego simulada y ocultaba su rostro con una mascarilla para dificultar su identificación

La Policía Nacional ha detenido en Madrid a un hombre como supuesto autor de siete atracos en entidades bancarias y establecimientos comerciales de Ávila, Almería y la capital de España. Según ha informado la Comisaría de Policía de Ávila, el detenido amenazaba a los empleados con un arma de fuego simulada, mientras ocultaba su rostro con una mascarilla para dificultar su identificación.

Sin embargo, fue identificado gracias a la colaboración de más de una decena de testimonios de ciudadanos que el pasado 18 de mayo presenciaron el robo cometido en una entidad de ahorro de la capital abulense, de cuya caja se llevó 2.400 euros. A raíz de esos hechos, varios ciudadanos acudieron a la Comisaría de Policía de Ávila para ofrecer los datos que finalmente han permitido su identificación y detención en Madrid, ya que en ese último robo no llevaba ningún elemento que cubriera su rostro.

Una vez se hacía con el dinero se desplazaba a otras localidades en autobús

Estas declaraciones facilitaron enormemente la identificación y recuperación de efectos ya que durante su huida abandonó el arma empleada en un contenedor.

Los atracos comenzaron el pasado abril, cuando se apoderó de 70 euros en una entidad bancaria de Madrid tras amenazar con un arma a las personas allí presentes. En ese momento, las cámaras de seguridad de la entidad grabaron al ladrón, un hombre que llevaba una mascarilla blanca sanitaria con la que cubría su rostro. Días después, un varón de similares características protagonizó otros tres robos en Madrid, antes de que a mediados de mayo volviera a intervenir, empleando un procedimiento idéntico y ocultando su rostro. Poco después perpetró otro robo en la capital de España, donde atracó un establecimiento comercial en el distrito de La Latina.

Según la Policía, en las entidades bancarias obligaba a la cajera a entregarle el dinero y huía posteriormente a pie hasta un establecimiento hostelero cercano, observando desde una posición privilegiada la actuación policial. Estos hechos los cometía de forma individual, desplazándose en ocasiones a otras localidades en autobús.

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