Pretendían liberar al pueblo español de la tiranía absolutista de Fernando VII haciéndole jurar la Constitución de 1812 y acabaron fusilados en Almería, por la espalda y de rodillas, deshonra militar que la capital almeriense está en disposición de reparar. Al menos, así se desprende de los resultados preliminares de la exhumación realizada en el cementerio de San José y Santa Adela de los que, hasta ahora, una investigación consideraba que podrían ser los restos de Los Coloraos, pese al estado en el que equipo forense especializado en Memoria Histórica se ha encontrado los huesos de aquellos 22 Mártires de la Libertad. Prácticamente, triturados.

Después de una mañana esta del lunes laboriosa para los especialistas sobre el nicho 52 de la calle 51, serie 23 y en la fila 4ª, a las puertas del camposanto el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, ha podido anunciar a los periodistas que los indicios observados por los forenses han arrojado un resultado “positivo” que hace pensar que los restos sean de Los Coloraos, a la espera de las pruebas de carbono 14 en laboratorio americano, de gran precisión, ratifiquen la apreciación hecha por el equipo, que se ha mostrado muy convencido de que, efectivamente, los restos óseos corresponden a los fusilados el 24 de agosto de 1824.

José María Martín, Carmen Ravassa, Fernando Martínez y el jefe del equipo forense, Francisco Echeverría.

Los tres forenses han extraído un féretro de zinc pintado de negro de pequeñas dimensiones, similar a los que se empleaba en los enterramientos de mitad del siglo XX, de un nicho cuyo asiento se encontraba registrado en los archivos del camposanto como ‘Mártires de la libertad’, según documentó la investigadora y presidenta de la Plataforma Bicentenario de Los Coloraos, Carmen Ravassa, quien también ha estado presente en el momento de la exhumación.

La talla religiosa hallada y piezas dentales rescatadas

En el interior se han hallado, junto a una pequeña talla religiosa y, en metal, laureles –símbolo de la libertad–, restos óseos “muy fragmentados, muy triturados, en esquirlas” que, según han apreciado los expertos, equivaldrían a unas 20 personas. “A pesar de la fragmentación de los restos óseos, creemos que todos ellos pertenecen a individuos varones, no hay niños ni mujeres, todos son adultos y jóvenes, por lo que interpretamos que corresponden precisamente a las personas que se buscaban”, ha detallado el jefe del equipo forense, Francisco Echeverría.

Los laureles de metal encontrados

El investigador ha sopesado la posibilidad de que los huesos “fueron fragmentados, quizá, con el objetivo de reducirlos a una caja que posibilitara en su momento introducirla” en el nicho al que fueron desplazados unos cinco años después de haber sido sacados de los pies del monumento que fue destruido en 1943 con motivo de una visita del dictador Francisco Franco, según las investigaciones realizadas.

Entre los restos óseos y piezas dentales encontradas se han tomado varias muestras que se someterán a pruebas de carbono 14 para datar con efectividad la época a la que se corresponden, lo que tardará unos quince días, si bien pocas dudas ha mostrado Echeverría, quien ha recalcado la “convicción” del equipo, integrado también por las expertas Elisa Cabrerizo y Lourdes Herrasti.