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Investigan el robo, tortura y asesinato de Alfalfero, un burro de once años

  • El animal fue sustraído la madrugada del jueves de una finca vallada Apareció muerto el domingo, con las patas abiertas y atadas a árboles, y "signos evidentes de maltrato"

Alfalfero tenía once años. Era un burro macho adulto, que vivía en la huerta que la familia de Cati Balastegui tiene junto al río Aguas, en Las Viñicas, a las afueras del municipio de Turre. Lo compraron hace cinco años, en Granada. Desde entonces lo habían tenido como un capricho, un animal de compañía más que era la debilidad de los hijos pequeños de Cati, que se paseaban sobre su lomo. Desde la noche del pasado jueves 23 de junio Alfalfero desapareció. Alguien lo robó del cercado en el que pasaba la noche ahora que aprieta el calor demasiado para encerrarlo en la cuadra.

La valla metálica que cerca el trozo de terreno con algunos olivos e higueras donde estaba atado el burro la noche que desapareció amaneció rota el viernes. Habían cortado el alambre tensor y volcado uno de los postes para sacar a Alfalfero. "Creo que debieron ser varias personas, no parece posible que uno solo pueda sacar por aquí a un animal tan grande", reconoce Cati Balastegui, propietaria del burro, mientras muestra la valla aún rota. En medio del bancal aún está el cubo de agua que le llevaban aquella mañana en la que Alfalfero ya no estaba.

Presentaron denuncia ante la Guardia Civil, preguntaron a los vecinos de fincas y cortijos próximos y estuvieron buscando al burro, pero no aparecía. Ni rastro de él durante tres días.

Sin embargo, el domingo a mediodía recibían malas noticias. Un vecino alertaba de que había encontrado al animal muerto, atado y torturado, a escasos dos kilómetros río arriba de donde lo robaron. "Un señor que tiene aquí una finca pasaba todos los días a abrir la llave del agua y no vio nada hasta el domingo, que se encontró al burro muerto entre los árboles", asegura la dueña, que está moviendo cielo y tierra para dar con los asesinos de Alfalfero: "Solo quiero justicia y que paguen por la crueldad que han hecho. Me da miedo pensar que hay asesinos así sueltos teniendo yo a mis hijos pequeños". Niños que, por cierto, aún no saben la noticia.

El animal estaba atado por las cuatro extremidades a cuatro eucaliptos, en una postura totalmente antinatural. "Cuando llegamos al lugar vimos palos y calabacines que le habían introducido por el ano. Lo habían torturado y habían saltado sobre él. Luego habían barrido sus huellas", cuenta Cati Balastegui en el lugar donde apareció el cadáver, a la orilla del río, en la zona conocida como Las Pozas.

La Guardia Civil tomó fotografías y un veterinario examinó el cuerpo. "Estaba hinchado, pero no llevaba demasiado tiempo muerto. Calculo que unas ocho o diez horas como máximo. Probablemente falleciera por asfixia, por la postura en la que estaba atado".

La familia Balastegui está consternada por el suceso. No se explican quién puede tener la maldad para cometer tal crimen, aunque intuyen que debe ser alguien de Turre o cerca. Por eso han dado a conocer el caso, para intentar obtener información de alguien que viera algo sospechoso o que haya "oído a los asesinos fardar de ello". A la causa se ha unido la asociación almeriense 'La huella roja' y una abogada se ha ofrecido a llevar el caso. La Finca el Listonero, de la sierra turrera, ha ofrecido 1.000 euros para quien dé información sobre el caso. El objetivo ahora solo es uno: lograr justicia para Alfalfero.

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