Almería

El Museo de la Vega vuelve al parque

  • El viejo caserón en estado ruinoso es la edificación escogida para albergar este centro de interpretación de la agricultura almeriense contemplado en los presupuestos municipales

El viejo caserón existente en pleno parque del Andarax, una construcción en un estado más bien penoso vuelve a tener, sin embargo, más futuro que el abandonado actual. Es el cortijo que andaba buscando el Ayuntamiento de Almería para la creación del Museo o Centro de Interpretación Patrimonial de la Vega, del que se lleva años hablando y que va y viene de los parlamentos políticos como otros tantos proyectos.

El propósito municipal, recogido en aquel anillo museístico de cuando el actual portavoz de Ciudadanos era concejal de Turismo en tiempos de Gial y que hace dos años el anterior alcalde de Almería lo retomaba en un anuncio en la CASI, es dotar a la capital de un lugar de referencia donde las futuras generaciones conozcan cómo se trabajaba en el campo almeriense durante los años 30, 40 y 50, antes de que empezaran a aparecer los primeros invernaderos.

La creación de este Museo está contemplada en los presupuestos municipales de este año -es uno compromiso del PP y también una de las exigencias de C's- y de su materialización se ocupará la Concejalía de Fomento. El área de Carlos Sánchez será la encargada de la rehabilitación que el viejo cortijo del parque del Andarax necesita.

Podría haber sido demolido, si bien durante la construcción de este pulmón verde, que conecta la Vega de Acá con la Vega de Allá, los técnicos consideraron oportuno conservar el caserón. Había planes entonces para su uso. Precisamente, el Ayuntamiento tenía pensado ceder el inmueble a una asociación cultural para la apertura del Museo de la Vega, una de las instalaciones contempladas en el citado anillo museístico. La cesión, no obstante, podía entenderse como un caramelo envenenado, ya que la vieja casa requiere de una importante inversión dado el estado en el que se encuentra por lo que llegó a efectuarse la cesión.

Su estructura es fuerte, pero la tabiquería está hecha añicos; el suelo, cubierto por una alfombra de escombros y basuras; no queda viva ni una ventana y carece de aseos e instalaciones.

Los planes de museo se desvanecieron entonces, pero la casa seguía ahí, en pie, en medio de un parque de casi 80 hectáreas que se ha convertido en una zonas de esparcimiento muy frecuentada. Pese a su actual estado, esta magnífica ubicación, muy próxima también a la Ciudad Deportiva -sin problemas, por otro lado, de aparcamiento-, hizo que hace dos legislaturas el equipo de gobierno se decantara por buscar inversores para esta edificación con la idea de sacar a concesión su adaptación y explotación como negocio de hostelería (un bar o restaurante) y de venta de recuerdos de la ciudad.

Sin embargo, no debió el Ayuntamiento recibir ofertas de interés, ya que la idea de ingresar dinero en lugar de gastar fue sustituida de nuevo por esta ahora presupuestada rehabilitación del cortijo y posterior adaptación, mediante un proyecto de musealización que lo llene de contenido de interés.

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