Se acabó la algarabía. Vuelve la calma a la ciudad de Almería después de una intensa semana de fiestas en las que el recinto ferial de la Vega de Acá ha acabado de despegar superando con creces la afluencia de años anteriores. La tranquilidad ha sido la tónica general, gracias al buen comportamiento y respecto que han mostrado los ciudadanos, visitantes y turistas, y a la labor eficaz de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

Las miles de luces que engalanaban el ferial se apagaron en la madrugada del domingo, cuando un buen número de almerienses se resistía a abandonar el lugar que les ha hecho vivir momentos inolvidables. Con cánticos tales como "adiós con el corazón, que con el alma no puedo", despidieron las fiestas un grupo de jóvenes que aseguraba haber visitado las casetas de marcha joven día sí y día también.

Los feriantes se van un año más satisfechos con el recibimiento de la capital, porque aseguran sentirse "como en casa". Los hosteleros coinciden en que este ha sido el año de la recuperación, puesto que las cuentas finales han sido un tanto superiores a las del año pasado, que estuvo especialmente marcado por la crisis.

Aunque para muchos hay aspectos mejorables en el recinto ferial de la Vega de Acá, que acoge la Feria de la noche, para la mayoría el lugar cumple todas las expectativas tanto en amplitud como en organización y limpieza. Eso sí, también son una mayoría los que piensan que es una zona desaprovechada durante el resto del año que no es Feria y que podría acoger más actividades de ocio.

La Feria de la noche ha cerrado su puerta hasta agosto de 2015, fecha en la que se podrán poner en marcha algunas ideas que ya están en mente de los concejales y empresarios. El éxito del Real ha estado en la gente que lo ha visitado y en el amplio abanico de servicios que ofrecía, incluido el servicio de transporte.