Almería

Tiendas y terrazas 'a rebosar'

  • Los veratenses se echaron a las calles para disfrutar de las actividades de una noche tan especial Los comercios ofrecieron grandes descuentos a los clientes

Por las calles Mayor, Jacinto Anglada, Clavel, del Mar, y otras muchas más por no hacer extenso el callejero, el bullicio caminaba arriba y abajo con paradas intermitentes en los escaparates, en las cafeterías, bares, heladerías, entradas y salidas de comercios con bolsas o sin ellas. Vera vivía su 'Noche en Blanco' que desembocaba en la plaza Mayor.

Allí, ante la puerta principal de la iglesia -cuánto no habrán visto y oído sus venerables hojas de madera-, el showman Alex Navarro desplegaba su espectáculo ante un público que llenaba la plaza.

Alex pidió un billete de 5 euros con la intención de convertirlo en uno de 100 dólares; un chavalín de entre muchos saltó a escena con la paga semanal en la mano que no le vendría mal estirarla, la paga. Alex Navarro hizo lo que tenía que hacer: magia, y de no se sabe dónde apareció el billete de 100 dólares. Luego hubo de explicar al chavalito que aquello era un juego, no veas.

Las terrazas de los bares y las cafeterías no daban ya para más; ni había asiento ni lugar para ponerlo, llenitas estaban de gente. Incluso hubo máquinas de helados que se fundieron del enorme trabajo al que eran sometidas: frío a tope en una 'Noche en Blanco' veratense calurosa como corresponde a la fecha de final del mes de julio. Los árboles se habían arremangado las ramas para no dar siquiera la sombra de las farolas.

Al paso de la rondalla 'Sol y Luna', varias señoras sentadas en uno de los bancos de forja de la plaza Mayor les requirieron una canción. Bandurrias, guitarras, panderos, lanzaron serpentinas musicales que se enredaron en la alegría de aquellas mujeres, agradecidas por haber logrado su cometido.

Después, lo consabido, la foto de rigor para el recuerdo de una 'Noche en Blanco' que tuvo en un comercio al aire libre, justo al lado del convento de Nuestra Señora de la Victoria, la blancura del atuendo en una noche que cerraría con el alba.

Laura, la misma, la de la lotería, no daba crédito a la avalancha de compradores de fortuna. ¿Y por qué no? Al fin y al cabo, se trataba de una 'Noche en Blanco' donde cualquier sortilegio podía aparecer a la vuelta de la esquina. Y así, de sopetón, la calle Mayor fue ocupada por la 'Xaranga No Semos Serios…', afortunadamente para cuantos disfrutaban de una jornada nocturna que parecía de fiesta muy principal. Y lo era. La esperada 'Noche en Blanco' de Vera. Tiendas y comercios con las puertas abiertas de par en par, con las fachadas y escaparates adornados, decorados con la cortesía de la casa y el buen gusto. Algunos muestrarios se salieron a la calle de tan abiertas como estaban las puertas y, de paso, a tomar el aire natural porque el frío, el acondicionado, estaba dentro de los locales y fuera hacía más bien calor.

Vera, los comercios de Vera y valga la semejanza, parecía el Corte Inglés. Sólo que en lugar de a lo alto, a lo ancho y largo del casco urbano. Los hombres, algunos hombres, no muy dados a esto de las compras, cargaban las bolsas y el hartazgo de ir de un lado a otro, de una calle a otra; alguno hubo que se plantó: 'de aquí no me muevo, cuando terminéis me venís a buscar'. Y esto, aunque al pronto no lo parezca, también forma parte de la 'Noche en Blanco', como los celos de ésa chiquilla al reprocharle a su ¿novio? 'tanta miradita a fulanita de tal'. El ¿novio? lo niega, es el primer paso del después: 'si yo sólo tengo ojos para ti' y, naturalmente, los pone en blanco. Es lo que corresponde para ir acorde a la 'Noche en Blanco' de Vera.

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