Los Reyes Magos de Oriente encuentran a la Estrella más luminosa del firmamento de los Gallardos, de nombre María del Mar Gallardo Flores. Ella les señala el camino hacia Belén. Uno tras otro inician la ruta a lomos de sus caballos cuando son sorprendidos por los soldados romanos. Son enviados por Herodes, rey de Judea, quien enterado de la presencia de los Magos les obliga a ser llevados a su presencia. Este es uno de los pasajes del Auto de los Reyes Magos que año tras año se renueva porque los gallarderos saben mantener una tradición que escenifican cada día 6 de enero.

Un carro con embutidos de la tierra, de Los Gallardos, y licor de uvas, se sortea en una tómbola a beneficio de la Asociación de Ayuda a Discapacitados. En tanto llega el momento del sorteo, un experto escancia el licor de uva. El día era soleado, en toda la comarca del Levante almeriense el sol se levantó temprano con tal de no perder detalle del día de Reyes , de los Reyes Magos quienes ya ante la presencia de Herodes consiguen convencerle de que les permita continuar su camino. Herodes, después de despedir a los Magos invitándoles a que ellos mismos se cercioraran y le comunicaran luego lo que supieran del niño nacido, manda matar a todos los niños menores de dos años nacidos en Belén y sus alrededores. El camino emprendido por los Magos les lleva hasta la Iglesia Parroquial de San José, que simula el Portal de Belén, donde los Reyes Magos hacen sus ofrendas al pequeño nuevo Rey de Judea.

Desde primera hora de la mañana Los Gallardos ha sido un trajín de idas y venidas, de apresurados preparativos, de urgentes últimos retoques, no en balde participan más de ochenta personas vestidas con ropas acordes a la representación del Auto. Poco a poco el mercadillo medieval ubicado en la misma plaza recibía a curiosos y, también, a compradores, aunque escasos al decir de los mercaderes, la mayoría igualmente vestidos con ropajes medievales.