A lo largo de su historia, la Semana Santa ha estado llena de momentos dulces, bonitos, de sentimiento e identificación. Pero también los ha habido malos y duros. El último ha sido la pandemia, con la que tuvo que lidiar Isaac. Su primer gran reto puesto que había entrado en el cargo el 22 de junio de 2019. Dos ediciones suspendidas por la COVID-19. Prueba superada con trabajo, dedicación y afán. Ahora toca disfrutar de la vuelta a la calle.
–Ya tenemos la vuelta de la Semana Santa aquí mismo.
–Tenemos muy buenas sensaciones. Mucho trabajo, muchas novedades para esta edición. Después de dos años de pandemia había muchas cosas en el tintero. Quiero destacar la gran respuesta de las hermandades, teníamos ese miedo de ver cómo iba a responder el cofrade y lo están haciendo muy bien.
–Solo una pregunta porque es mejor pasar página, ¿cómo viviste la suspensión de 2020?
–Todo estalló cuando Sevilla cancelaba su Semana Santa. Nos pusimos en contacto con el alcalde de Almería y el Obispo, y emitimos nuestro comunicado para la anulación de las salidas procesionales. Hay que matizar que Semana Santa siempre hemos tenido, lo que no hubo fue pasos en las calles. Fue un shock, nos quedamos desubicados, pero hubo un resurgimiento de la acción de caridad, todas las hermandades se volcaron. También nos sirvió para adaptarnos al siglo XXI, a las redes sociales. Tuvimos la necesidad de conectar con el cofrade y por Twitter, Facebook, Instagram... creamos un vínculo. Ese mimo al hermano ha provocado la buena respuesta actual.
–Recorrido nuevo para la Carrera Oficial.
–En 2019 por unanimidad presentamos el proyecto y por desgracia no se pudo llevar a cabo. La finalidad del cambio de la Carrera Oficial es darle un sentido. El Paseo de Almería es una de las vértebras de nuestra ciudad, es cierto, pero creemos que el fin de la Carrera Oficial debía de estar en el templo más grande de la diócesis, que es la Catedral. Es de agradecer el trabajo del Ayuntamiento de Almería, vamos a tener sillas de tijera que es algo que pedían los hermanos mayores. Desde un punto de vista estético, va ser mejor.
–Realza el centro este cambio.
–Creo que sí. Estética, visual y fotográficamente ganamos muchísimo. Además, creo que el discurrir va a ser más ameno para penitentes y público, queríamos evitar que hubiera parones. Eso lo hemos conseguido. Una vez que la gente se siente en su silla, va a ver cómo una hermandad llega detrás de otra. El enclave de la Carrera Oficial va a ser muy bonito. Tengo claro que todos los cambios tienen sus dificultades, éste va a ser el primer año tras veinte anteriores y no hay que ponerse nerviosos.
–Quizás el Cristo del Camino es la única nota negativa.
–Posiblemente. Desconocía que su actividad había cesado. Es algo que entristece, pero no podemos mirar a otro lado, sabemos que en toda Europa estamos viviendo un momento de secularización fuerte y eso afecta. No hay hermandades sin hermanos.
–75 años ya de la Agrupación.
–El tiempo pasa volando. Lo tenían muy claro en 1946 cuando decidieron que todos teníamos que estar unidos y remar en el mismo sentido. Las seis hermandades que estaban en aquella época querían darle visibilidad a la Semana Santa y la mejor manera era unirse. Hemos pasado de esas seis hermandades primitivas a veintiséis, de las que cuatro son de gloria.
–La Semana Santa también es turismo y una ciudad como Almería necesita del turista.
–Totalmente. Nosotros presentamos algo en la calle que atrae al público, algo que transmite. Nosotros no desfilamos, no somos una banda militar, sino que realizamos estaciones de penitencia. Esto hay que tenerlo claro. Evidentemente, si trabajamos bien y a la gente le gusta nuestro trabajo, bendito sea el Señor. Si eso contribuye al bien de la ciudad, mejor que mejor.
–Isaac lleva 33 años realizando estación de penitencia con Prendimiento.
–Para mí mi hermandad es mi vida. Voy a cumplir 46 años, llevo 33 de hermano y cofrade desde que nací porque antiguamente las cuotas eran familiares. En mi concepción de la fe, ésta también se transmite a través de las hermandades. Los cofrades tenemos la gran oportunidad de enviar un mensaje de fe. Tenemos la solidaridad y la caridad como emblema y todo esto son valores muy importantes para la sociedad, pero por desgracia se van perdiendo. Las hermandades tenemos ese potencial y debemos de aprovecharlo. Y debemos de hacerlo todos juntos, aceptando la crítica. La Semana Santa que nosotros conocemos tiene su origen a finales de los años setenta, pero ya anteriormente hubo gente que trabajó muchísimo para que esto fuese como es hoy en día. A ellos también le debemos mucho, hay que ser agradecidos y cuidar el proyecto que ellos iniciaron con mucha pasión.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios