Lo primero sobre lo que ha insistido la psicóloga del Centro Médico Bayana, Melina Costa Zaguirre, es en que "el sueño es un estado natural que tenemos todos y no pasa nada por estar algunas noches sin dormir o que la calidad del sueño no sea tan buena". "Realmente eso no es para obsesionarse. Cuanto más se normaliza, mejor. Sobretodo cuando tienes frentes que son preocupaciones, o niños pequeños, embarazos... el sueño no va a ser el mismo". "Nos venden mucho que tenemos que dormir una media de 7,5 horas, pero en realidad puede ser suficiente dormir 4. Hay gente poco dormilona que duerme esas cuatro horas, pero las duerme bien, y eso es suficiente. Y el que se considera muy dormilón pues duerme 10 horas y eso es lo que necesita para sentirse descansado. Entonces se ha establecido una media con las 7,5 horas. Pero eso no es así y cada persona tiene sus horas necesarias para hacer los procesos biológicos y no necesita más". "Ya nos están poniendo una cifra y parece que si no dormimos esas 7,5 horas es malo. Lo queremos tener todo tan controlado que llega un momento que se nos descontrola la mente". La especialista ha añadido que algo que hay que destacar ahora que estamos en cambio estacional es que esto puede influir en el insomnio. "Las personas que tengan patologias tipo depresión, ansiedad, incluso algunos trastornos como el bipolar, ahora pueden ver intensificada la sintomatología. Y uno de los síntomas que se puede destacar es el insomnio." Cuando entra el calor también puede afectar sobre todo a conciliar el sueño, más que mantenerlo. En invierno sin embargo, cuando es cambio de verano a otoño suele haber una tasa alta de insomnio. Porque al disminuir la horas de luz se provoca un cambio dentro de nuestra serología y disminuye la serotonina y la melatonina del cerebro, y esto dificulta el sueño, ya que es precisamente lo que regula los estados de sueño y vigilia y de ánimo".