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Uno de cada diez almerienses vive sin compañía

Un joven ve la televisión, mando en mano, desde su sofá.

Un joven ve la televisión, mando en mano, desde su sofá. / Pixabay

El fenómeno creciente de personas que optan por vivir en soledad puede atribuirse a varios factores interrelacionados en la sociedad contemporánea. En primer lugar, los cambios culturales y económicos han llevado a una mayor movilidad geográfica y a una disolución de las estructuras familiares tradicionales, lo que a menudo resulta en distancias físicas y emocionales entre los miembros de la familia. Además, el ritmo acelerado de la vida moderna, la búsqueda de independencia y la enfatización de la autorealización individual pueden llevar a las personas a elegir estilos de vida más solitarios.

El avance de la tecnología también ha generado una paradoja: aunque estamos más conectados digitalmente que nunca, esta conectividad puede llevar a un distanciamiento en las relaciones personales cara a cara. La cultura contemporánea a menudo promueve la independencia, la autosuficiencia y la autoexpresión, a veces a expensas de las relaciones interpersonales profundas y duraderas. Todo esto contribuye a un aumento en el número de personas que eligen vivir en soledad en busca de autonomía y satisfacción personal.

Los datos en Almería

En Almería hay más de 65.000 almerienses que viven en hogares unipersonales, definidos como aquellos compuestos únicamente por una persona. Este grupo diverso incluye hombres y mujeres de diferentes estados civiles: solteros, en pareja, separados, divorciados o viudos que han optado por vivir solos.

La distribución de estos hogares se encuentra principalmente en tres grupos demográficos: jóvenes adultos de 25 a 34 años, adultos de 35 a 49 años y seniors mayores de 50 años. Este conjunto abarca desde estudiantes en búsqueda de independencia y libertad hasta trabajadores en diversas etapas de sus vidas. Entre ellos se encuentran jóvenes que llegan a la provincia para estudiar o trabajar, procedentes de distintas ciudades o incluso países, y que optan por esta forma de vida.

No obstante, es esencial destacar la presencia significativa de personas mayores en la comunidad almeriense que viven en solitario, siendo casi una tercera parte del total. Dentro de este grupo, la mayoría son nuestros abuelos, muchos de los cuales han quedado viudos. Esta diversidad de hogares refleja la variada composición demográfica de la provincia de Almería.

Hace dos décadas, en Almería, el número de personas viviendo en soledad era de 34.518, apenas la mitad de la cifra actual. Sin embargo, la tendencia al alza es innegable. Según las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2035 se estima que más de 77,000 almerienses vivirán en solitario.

Composición de los hogares

En términos de composición de hogares, los hogares unipersonales son los más prevalentes, seguidos por los formados por parejas sin hijos, superando los 47,600 en cantidad. A continuación, se encuentran los hogares con parejas que tienen dos hijos en convivencia, sumando un total de 44,200. Le siguen los hogares con parejas que tienen un hijo, alcanzando las 39,500 viviendas.

Entre estos, se contabilizan cerca de 25,000 hogares monoparentales, constituidos por un adulto y al menos un menor. Por otro lado, las parejas con tres hijos representan poco más de 13,900 hogares en la provincia.

En una franja inferior se encuentran aproximadamente 12,000 viviendas con núcleos familiares adicionales que no forman una unidad familiar, así como 16,000 hogares con personas sin lazos familiares entre sí y hogares con dos o más núcleos familiares, sumando un total de 6,500.

En el año 2002, el tamaño medio de los hogares era de 3.03 personas en la provincia de Almería, pero actualmente se ha reducido a 2.6 personas, una tendencia que se espera continúe en el futuro.

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