Andalucía

Buscando la sonrisa de la ministra Maleni

El baile de nombres sobre los integrantes del nuevo Gobierno andaluz cesará el sábado, cuando Manuel Chaves nombre a sus nuevos consejeros. Los pasillos del Parlamento fueron ayer un lugar propicio para todo tipo de quinielas y las miradas escudriñaron cada gesto de los consejeros, en funciones, para intentar adivinar su continuidad. La cara es el espejo del alma, dicen, y la composición del Ejecutivo nacional ha dejado una suerte de augurio: Magdalena Álvarez contestó con sonrisas a quienes le preguntaron en la sesión de investidura del presidente Zapatero; enfrente, el rostro adusto fue el de Jesús Caldera.

Algún periodista intentó conocer el secreto mejor guardado y felicitó a cada uno de los candidatos a consejero que le pasaba por delante con la intención de desenmascararlos. Pero todos aseguraron desconocer su futuro, algunos más relajados que otros.

Los que jugaron a ser videntes, aún menos pudieron interpretar de Chaves. El presidente andaluz se encaminó al salón de plenos en compañía de su homólogo extremeño, Guillermo Fernández Vara, mandatario socialista que mantiene un recurso ante el Tribunal Constitucional contra el traspaso de las competencias del Guadalquivir a Andalucía. No hubo ocasión de preguntarle por el motivo de la visita, ni por el recurso, ni a la entrada ni a la salida. Les escoltaba un fijo en las quinielas, Gaspar Zarrías.

Entraron juntos en el salón los titulares de Innovación, Ciencia y Empresa, Francisco Vallejo, y de Salud, María Jesús Montero. Sonrientes. También bromeó con los representantes sindicales el consejero de Empleo, Antonio Fernández. De las pocas personas con las que se paró Chaves -inseparable de Fernández Vara- fue con la hija de Blas Infante y presidenta de la fundación que lleva el nombre de su padre, María de los Ángeles. "Le he visto venir y le iba a saludar, pero ya sabe que cuando viene con tanto periodista, me asusto", le reconoció. "También me pasa a mí", se sinceró Chaves.

Los aires de renovación se respiraron dentro del salón. Las primeras palabras de la nueva presidenta, Fuensanta Coves, fueron para la flamante ministra Bibiana Aído y su sustituto en la Cámara andaluza, Samuel Rodríguez, un parlamentario con 27 años.

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