François Naubron, Doctor en Psicología por la Universidad de París (donde nació) e hipnotizador, está convencido de que los males de los que padecen las personas son característicos de cualquier época del año, pero muchos acuden a los psicólogos cuando comienza la rutina a la que están sometidos habitualmente. Es decir, en septiembre. Son fechas de vuelta al colegio para los menores, de regreso al trabajo y, en muchos casos, de fracasos amorosos tras el periodo estival, muy dado a este tipo de percances.

Según Naubron, esos son los principales males que acusan los almerienses que acuden a su consulta, cuyas patologías son problemas de ansiedad relacionados con el trabajo o con la familia, enfermedades, problemas infantiles y algo más curioso, fobias. Pues la hipnosis parece tener respuesta para todo ello. Eso sí, esta materia no es tal como nos la han vendido durante años y años en televisión. Naubron trata de explicarlo: "No se duerme a la persona hasta el punto de que el psicólogo pueda manejarla a su voluntad, no es necesario tener los ojos cerrados porque no es un fenómeno del sueño, ni es más fácil hipnotizar a los que son menos inteligentes. Es un procedimiento durante el cual un profesional de la salud sugiere a un paciente cambios en las sensaciones, pensamientos, sentimientos y conducta y para eso es necesario que se concentre".

Estos falsos mitos han hecho que Naubron, que lleva desarrollando en Almería su trabajo desde hace 28 años, se enfrente a algunos pacientes con ideas equivocadas: "Hay quienes me han pedido que les haga un lavado de cerebro para olvidar un hecho o situación. Se puede ayudar a digerir mejor esos momentos, a recordarlos sin angustia, pero no a quitarles una idea o un recuerdo de su mente. El cerebro, por sí mismo, ya tiene alguna herramienta que se encarga de esas cosas, pero nosotros no tenemos la solución. De hecho, la primera sesión normalmente suele estar destinada a desmentir a los pacientes todo aquello que les han hecho creerme falsamente".

Entre las anécdotas más curiosas de almerienses que han acudido a su consulta (en la Calle Gerona) destacan las de algunos pacientes a los servicios que buscan en la hipnoterapia una forma de evitar marearse cuando un médico les suministra una inyección. Entre las más difíciles de contar, tiene en su historial alguna violación. Naubron subraya que sus pacientes no se convierten en amigos, pues no es recomendable, pero mantiene un trato cordial, incluso después de realizar la terapia: "Algunas pueden durar varios años. Depende de la persona y el problema. A muchos me los encuentro por La Rambla, El Paseo y en los centros comerciales. Puedo decir que todos se muestran satisfechos con el trabajo. Con esto quiero decir que la hipnoterapia funciona, pero hay que olvidarse de hitos falsos".

Sin embargo, para lo que no tiene solución este sector es para la crisis: "Suele venir gente de todo tipo y toda clase, así que la crisis se ha dejado notar. Pero bueno, siempre hay que estar ahí para intentar solucionar problemas". François Neubron analiza la mente de sus pacientes desde hace 28 años en la clínica Centro Audio Psico-Fonológico y aún le queda tiempo para seguir ayudando a los almerienses.