Almería

Las Menas, un siglo de historia

  • En 1905 extrajeron 150.000 toneladas de mineral y en 1915 unas 600.000

Los primeros registros mineros demarcados en la zona de Serón - Bacares fueron propiedad del ingeniero de minas Ignacio Gómez de Salazar y se pueden fechar hacia 1870. Posteriormente la compañía belga Mines et Chemis de fer de Bacares Almeria et Extensions adquirió los terrenos, siendo la primera sociedad que operó en la zona conjuntamente con la sociedad The Bacares Iron Ore Mines Limited, a quien el político Sagismundo Moret arrendó unos terrenos de su propiedad, iniciándose de esa forma la explotación de mineral de hierro en la sierra de los Filabres.

En años posteriores otras compañías de capital extranjero se interesarían por la excelente calidad del hierro que se extraía comenzando a explotar algunas minas la sociedad Cabarga San Miguel, filial española de la sociedad holandesa WM.H. MULLER.

La importancia que revistió el coto minero de Serón - Bacares, estribaba en la calidad del mineral extraído y en las ingentes cantidades que se obtenían. En 1905 la cantidad de mineral extraído fue de 150.000 toneladas, cifra que fue en aumento hasta llegar a la cifra récord de 600.000 toneladas extraídas durante el año 1915, fecha a partir de la cual la producción se resentiría, especialmente a partir de 1919, cuando por Real Decreto de 3 de abril de ese mismo año, se estableció que la jornada laboral pasase de 10 a 8 horas diarias.

Alrededor de esa actividad industrial se creó un gran poblado minero que albergó a millares de mineros y a sus familias. El poblado de Menas contaba con dos escuelas para niños y otras dos para niñas, una biblioteca, un teleclub, un hospital dotado con los mayores adelantos, campo de fútbol, economato, panadería dotada con horno mecánico, casino, plaza de toros, una ermita e incluso un cementerio llamado "el de los protestantes" pues en él se enterraron muchos de los trabajadores extranjeros, que normalmente eran los jefes y directores de las sociedades mineras y que vivían en unos magníficos chalets, que aunque deteriorados, aún se conservan. Tan floreciente actividad dio lugar a una gran actividad vecinal y asociativa con ramificaciones tanto en la vertiente política, como en el aspecto mas lúdico, apreciándose, especialmente durante las primeras décadas del siglo XX una gran actividad del movimiento obrero que reivindicaba unas mejores condiciones de trabajo y una ampliación de los derechos de la clase obrera.

Desde que en 1949 la sociedad The Bacares Iron Mines Limited vendió sus últimas propiedades a la compañía holandesa Cabarga San Miguel el fin de la actividad minera parecía acercarse, dándose frecuentes oleadas de despidos hasta que en 1967 esa última compañía explotadora cesó su actividad alegando el bajo rendimiento debido al alto coste del transporte del mineral extraído hasta los puertos de Águilas y Almería, dejando así un panorama desolador en el poblado que quedó abandonado y sus habitantes abocados a la emigración.

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