Andalucía

La Junta vigila en Almería a un cooperante llegado de Sierra Leona

  • Miguel Serrano regresó el día 9 vía Senegal y denuncia la falta de un protocolo a su llegada a Barajas. El Ministerio de Sanidad activa medidas sólo si hay síntomas.

Miguel Serrano, fundador y presidente de la ONG almeriense Todos son inocentes, regresó el pasado sábado día 9 a España tras una estancia de más de tres semanas en Sierra Leona, uno de los países afectados por la extensión del virus del ébola. La Junta de Andalucía contactó ayer tarde con Serrano para interesarse por su estado de salud y ponerse a su disposición en el caso de que presente algún síntoma en los próximos días. Serrano agradeció la llamada de varios altos cargos sanitarios y de la agencia de cooperación andaluza, que mantendrán un contacto diario con el cooperante en las próximas dos semanas.

Serrano regresó a España tras salir de Sierra Leona alertado por la extensión del virus del ébola, pero a su llegada al aeropuerto de Barajas nadie se interesó por su procedencia o le dispensó alguna atención. Ni un solo formulario, ni una comprobación de los sellos de entrada y salida de su pasaporte. Ha pasado con otros cooperantes.

Hasta ahora las medidas tomadas con los viajeros en aeropuertos han sido informativas y, sólo en el caso de que presenten algún síntoma, se activa un protocolo sanitario. Estas medidas fueron revisadas ayer por la Comisión de Salud Pública, que reúne al Gobierno y a las comunidades autónomas. Esta comisión acordó distribuir folletos informativos en los aeropuertos donde se recuerda a los viajeros que deben estar atentos a su estado de salud los próximos 21 días desde la llegada y, si se registran fiebres altas, vómitos o dolores musculares, avisar al servicio de Emergencias 112. Hasta donde se conoce, Serrano es el único andaluz procedente de los países de África occidental cuyo estado de salud controla la Junta.

Miguel Serrano lidera desde hace nueve años un proyecto humanitario en el pueblo costero de Lungi, muy cerca del aeropuerto internacional de Freetown, capital de Sierra Leona. Ha visitado el país en más de 20 ocasiones y el último viaje lo inició el 15 de julio acompañado de un equipo médico de dos personas. El brote de ébola lo detectaron las autoridades en enero, pero la expansión comenzó poco después de su última llegada. La idea era aguantar el máximo tiempo posible para transmitir tranquilidad a la población residente, pero la ONG y la familia apremiaron a Miguel a regresar a España.

La cancelación de los vuelos el 4 de agosto por la British Airways supuso el empuje definitivo. Los cuerpos de paz americanos y británicos evacuaron, pero los miembros de la asociación permanecieron en la zona. La British Airways le había buscado una salida hasta Heathrow (Londres) a través de Ghana, pero el país africano también cerró sus aeropuertos. Estuvo a punto de quedarse aislado. Miguel relata que su mujer pidió ayuda por correo electrónico al comité de crisis reunido por el Ministerio de Asuntos Exteriores para preguntar si existía un protocolo de repatriación. Aún no le han contestado.

Fueron los miembros de la junta directiva de Todos son inocentes quienes le buscaron una salida. Miguel lo denomina autorepatriación. Consiguió un vuelo con la compañía Gambia Bird Airlines para volar al aeropuerto de Senegal y desde allí a Madrid con Iberia. Luego enlazaría con Almería, donde reside y desde donde inició una labor humanitaria que ha permitido a la ONG construir instalaciones sanitarias, un aula educativa y un pozo de agua en esta precaria península, conectada con ferry a la capital.

Miguel aterrizó el pasado sábado día 9 en Barajas. A la salida de Sierra Leona le tomaron la temperatura y hasta ahí alcanzan los controles sanitarios. En el aeropuerto de Dakar, en Senegal, estaba de tránsito. Serrano comenta que, de haberse quedado, los controles habrían sido rigurosos, pero él iba de paso a España y no le reclamaron nada pese a proceder de Sierra Leona.

Tampoco nadie le demandó explicaciones en la terminal de Barajas, algo que Serrano considera "escandaloso". Un guardia civil le preguntó el nombre y miró en una lista antes de dejarle marchar, recuerda. Añade que tampoco le reclamaron la tarjeta de vacunación, la amarilla, ni en Senegal, ni al llegar a España. Unas horas más tarde llegó en vuelo a Almería.

Miguel denuncia que el día antes de salir de Sierra Leona miembros de la asociación preguntaron por la existencia de algún protocolo de evacuación, pero no recibieron respuesta. Fuentes del Ministerio de Sanidad aseguraron ayer que han estado en contacto con cooperantes de Cruz Roja o Médicos del Mundo, que tienen su propio protocolo, y declinaron comentar cuestiones particulares. Las mismas fuentes se remitieron a las medidas aprobadas por la Comisión de Salud Pública y señalaron que hasta ahora España no ha tenido vuelos directos con los países afectados (salvo ahora Nigeria, donde se reforzará la información), y son los países emisores los que deberían hacer pruebas a los viajeros.

Para Serrano, la gestión de la crisis por el Gobierno de España es un "caos" y mostró su agradecimiento a la Junta de Andalucía por interesarse por su estado de salud. El cooperante no ha tenido malestar desde que regresó hace una semana, ni tiene constancia de haber tenido contacto con personas expuestas al virus, aunque se mantendrá en observación.

Esta semana Serrano se puso en contacto telefónico con el director de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional, Enrique Pablo Centella (IU), por el caso que le llevó a mediados de julio de regreso a Sierra Leona.

Todos son inocentes tiene una campaña de rescate de niñas soldado. En 2010 dos niñas, Mariama Finda y Hawa Sesay, llegaron a la Universidad de Almería. Ahora han terminado sus estudios y deben volver. Serrano regresó a Sierra Leona para evaluar la situación del país. Con la presencia del ébola la vuelta de las niñas es inviable y Serrano ha requerido a Centella una acción humanitaria para que las niñas permanezcan en Almería, lo que la Agencia ha aceptado.

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