Almería

Los Cano, generación de guitarristas

  • José Antonio Cano imparte clases a sus dos hijos durante dos horas al día. A pesar de su temprana edad, David y Gema han logrado numerosos premios

"Nunca ha faltado una guitarra en mi casa. De hecho, ha sido una constante en todas mis generaciones". Se habla mucho sobre las diferentes técnicas de aprendizaje para dominar este instrumento. Algunos profesores como José Antonio Cano Aguilera mantienen que lo importante no sólo es el método, sino la calidad didáctica del maestro. En una habitación de la calle Ferrocarril de Almería imparte clases particulares desde hace varios años a sus dos hijos, Gema de 11 y David de 16. Dos jóvenes que, gracias a su ayuda, han conseguido varios premios a nivel regional en las disciplinas clásica y flamenca.

En el 1º A del número 69 ofrecieron una pequeña clase introductoria y constructiva para quienes estén interesados en conocer el maravilloso y entramado mundo que esconden las notas de este símbolo de la musiciología andaluza. "Lo primero que hay que hacer es encontrar una guitarra que reúna un mínimo de calidad, es decir, que no tenga el puente muy alto, que no sea dura ni sus cuerdas estén demasiado tensas. Es conveniente no gastarse mucho dinero al principio, muchos jóvenes se aburren pronto por su alto nivel de exigencia", explica.

Primero se inclinó por David, que no era partidario a seguir sus pasos, más cercanos a la música clásica que la flamenca. Desde el día que el pequeño de los Cano escuchó a su padre tocar la canción Entre dos Aguas de Paco de Lucía no ha podido separarse de ella.Como el mismo asegura, es un guitarrista flamenco. "Aunque he de reconocer que David es muy cabezota, tiene una gran memorización y una excelente colocación de las manos. Gema acepta más mis consejos, es más dócil que el mayor", indica.

Lo primero que les enseñó su padre fue a colocar las manos. El pulgar a la sexta, el índice a la tercera, el corazón a la segunda y el anular a la primera. "Empezaron con una sola mano. Para ello hay determinados temas infantiles como Quinto Levanta que requieren muy poco esfuerzo y sirve para desengrasar los dedos de derecha, en especial el pulgar, el más fuerte de todos. Después, aprendieron a tocar El patio de micasa, donde tuvieron que utilizar por primera vez la mano inquierda. A partir de ahí, el secreto está en ser constante. No se trata de plantearse una meta, lo importante es que el niño aprenda a divertirse con ella ", detalla.

Después de una breve pero intensa clase de quitarra, la familia Cano interpretó el famoso tema del maestro Paco Lucía: Entre dos Aguas, donde pusieron de manifiesto que lo llevan en la sangre, y que continuarán con la tradición de una familia andaluza que nunca ha renunciado a la guitarra, el instrumento por excelencia de su tierra.

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