Desde el traslado de Santi Potros hace ya varios años, la prisión de El Acebuche en la capital almeriense, parece haber dado un giro en cuanto a la 'calidad' de los presos de la banda terrorista ETA que alberga detrás de sus barrotes. De los históricos etarras se ha pasado a servir de cobijo a jóvenes detenidos en el entorno de la kale borroka (lucha callejera), en labores de apoyo a organizaciones de lo que se conoce como el 'entorno de ETA' o en grupúsculos de la izquierda abertzale, ahora casi todos al margen de la ley.

A pesar de que desde la Dirección General de Instituciones Penitenciarias no se informa sobre ninguno de los traslados y movimientos de los internos de la banda terrorista, según ha podido conocer Diario de Almería el último traslado de los presos etarras ha sido el de Patxi Javier Makazaga.

En los últimos meses han llegado a las dependencias penitenciarias de El Acebuche, varios detenidos en las últimas operaciones policiales y judiciales contra el entorno de la banda. Así, el listado de presos etarras que se encuentran en la prisión almeriense lo componen diez hombres -Ramón Aldasoro, Garikoitz Arruarte, Juan Carlos Balerdi, Luis M. Carrasco, José Ignacio Cruchaga, Ignazio Erro, Asier Mardones, Jorge Olaiz y Alberto Viedma- y cuatro mujeres, Josune Oña, Olatz Eguiguren Ainara Frade Bilbao y Araitz Amatria.

Para entender la explicación a estos traslados, hay que partir de que la homogeneidad en el colectivo de presos de ETA se ha perdido hace años. Entre ellos se distinguen dos grupos: por un lado los históricos, quienes participaron en la formación de la banda terrorista o en sus atentados hasta los años 80, quienes son los que más años llevan en prisión. Entre ellos, existe el convencimiento absoluto de que o se abre un proceso de negociación que conduzca a un final de la violencia y a una presumible amnistía derivada del mismo, o que terminarán sus días entre rejas. Frente a ellos, se encuentran los detenidos recientemente, tanto en los sucesivos golpes a la organización de la banda terrorista en el sur de Francia, o en las sucesivas operaciones policiales y judiciales llevadas a cabo contra el entorno de la banda terrorista y sus organizaciones afines. Su corta edad, junto a los pocos a años que llevan en prisión, les hacen partidarios sin reservas de la continuación de la lucha armada. Es esta estrategia la que se quiere aprovechar desde el Ministerio del Interior. Por ello, se acerca a cárceles más cercanas al Pais Vasco, a aquellos presos más partidarios del abandono de las armas , en un intento de influir en otros miembros de la banda terrorista y aleja de Euskadi a aquellos que propugnan continuar la misma estrategia de los últimos cuarenta años.

Así, en la actualidad uno de los presos de ETA que más tiempo lleva en Almería es José Ignacio Cruchaga Elezcano que ingreso en Acebuche en julio de 2002. En el momento de su detención, se le incautó una pistola que la policía vincula al asesinato del ex ministro Ernest Lluch.

Pocos saben también que uno de los presos más 'ilustres' de la cárcel almeriense fue Arnaldo Otegui Mondragon, detenido como colaborador de ETA. Ingresó en la prisión de Acebuche el 26 de marzo de 1990 procedente de la cárcel de Pamplona. Por entonces estaba encausado en dos procesos instruidos por la Audiencia Nacional por su colaboración con la banda terrorista de ETA. Se le acusaba hace casi 20 años de ser uno de los cabecillas de la denominada ETA político-militar Asamblea Pro Kas.

Pero sin duda, el preso etarra que lleva más tiempo en El Acebuche es Juan Carlos Balerdi Iturralde 'Juankar' que cumplirá el año que viene 14 años de condena. Llegó procedente de la prisión de Sevilla-2. Su madre y un hermano murieron en un accidente de trafico el 28 de febrero de 2003 cuando en automóvil se dirigían hasta Almería.

También estuvo en Almería Henry Parot Navarro "Unai".- Uno de los más sangrientos miembros de ETA quien ha dado nombre a una doctrina judicial y que ingresó en 1992.