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Urge un cambio de chip (3-0)

  • El Almería, indolente en el Carlos Belmonte, un muñeco en manos de un aseado Albacete. El equipo, sin orden ni concierto táctico. A Sergi se le agota el crédito a pasos agigantados.

A Sergi se le acaban los paños calientes y el decálogo de excusas para explicar lo inexplicable. El técnico se aferra a la falta de paciencia de sus jugadores para salir del paso ante las cámaras de televisión, pero lo visto ayer en el Carlos Belmonte es mucho más profundo, adquiere tintes de suma gravedad al verse a un equipo indolente y desalmado. Peor aún, sin orden ni concierto táctico alguno, superado por un aseado Albacete que se limitó a hacer lo que tantos y tantos equipos en Segunda, nadar y guardar la ropa. Sin mayor alarde le endosó tres a los rojiblancos, de ahí que la cosa empiece a pintar verdaderamente cruda.

En otro bandazo de los acostumbrados, el de Las Franquesas del Vallés metía en el once a Soriano (nuevo capitán en ausencia de Corona) después de haberlo dejado en la grada la jornada pasada ante el Alavés. Ya la convocatoria dejaba a muchos fríos al ver que prescindía de Antonio Marín con Dubarbier lesionado y Zabaco y Ximo lesionados para viajar con tan solo cuatro zagueros, sin prever posible lesión o sanción durante el encuentro, una temeridad.

Para la medular esta vez apostaba por un doble pivote de músculo y contención formado por Fatau y Lolo Reyes, inédito hasta el momento. Tampoco dio resultado. Porque aparte de no crear juego, ni siquiera fueron capaces de destruirlo, aunque justo es decir que Fatau se prestó a ello con generosidad.

Que el Almería padece un problema en la sala de máquinas no se le escapa a estas alturas ni a un niño de cinco años. Sergi ha probado ya múltiples variantes y ninguna le ha dado el resultado esperado: Corona se le va, Lolo llegó fuera de forma, Montoro no se entera de la película y las molestias musculares lastran a Fatau.

Un cuadro que se completa con la sequía de la parcela ofensiva, que ha pasado de hacer siete goles en tres partidos a no oler la portería rival. En el camino de solucionar el coladero defensivo a alguien se le olvidó que no había que descuidar la faceta atacante y ahora la manta es corta y descubre las piernas o la cabeza, no alcanza para cubrirlo todo.

Es lo que suele ocurrirle a los equipos desequilibrados, que terminan viéndose las vergüenzas, cosas como que un lateral diestro, en este caso Michel, acabe actuando casi como delantero centro en varias fases del partido o Iván Sánchez tenga que hacer el repliegue defensivo tras un córner mal ejecutado.

Ese batiburrillo táctico en el que anda sumido este Almería está siendo bien aprovechado por todos los rivales, que saben por dónde hincarle el diente al potentado de la división. Es lo que planteó Luis César Sampedro, zorro viejo de la categoría: equipo bien arropado atrás y a esperar que caigan los fallos del contrario como cae del árbol la fruta madura.

Y no hubo que esperar mucho tiempo para la recolecta. Al primer minuto de juego ya se había producido la primera concesión. Iván Sánchez perdía un balón en el vértice del área ante Portu, Cuéllar no acierta a despejar el balón, Fran Vélez llega tarde al corte y Samu dispara al palo de Casto, lento de reflejos para reaccionar ante una trayectoria desviada pero mansa.

La pretendida reacción unionista consistió en disparos lejanos de Michel y Iago Díaz que se marchaban alto o eran relativamente cómdos para el imberbe Hugo (segundo meta del filial manchego). Sin grandes alardes, el Albacete daba más sensación de peligro en cada acercamiento. Jona rozó el 2-0 en un despiste defensivo, pero cruzó en exceso al definir perseguido por Cuéllar. Luego Casto sacaba pegado al poste un cabezazo de Portu.

A la tercera fue la vencida y el propio Portu se encargó de culminar una asistencia de Jona, que previamente había ganado en el salto a un endeble Fran Vélez, para batir a Casto en tiro raso.

La segunda mitad fue una oda a la impotencia y la inoperancia. Sergi dio entrada a Montoro y Cristian por Lolo Reyes e Iván Sánchez, pero nada mejoró. Un nuevo fallo de Fran Vélez casi dejaba en bandeja el 3-0 a Jona, que no marcó por poco. El ex del Jaén no llegaba instantes después de cabeza a un buen centro lateral y Casto salvaba un taconazo de Portu a bocajarro. César Díaz, un ex del filial rojiblanco, iba a culminar la faena recién salido al campo con un buen disparo ajustado al palo. La de ayer no fue una derrota más, fue un aviso a navegantes. Sergi se queda sin crédito y apenas van seis jornadas.

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