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La crisis golpea al Almería dejándolo en 11.500 abonados

  • La cifra es acuciante en los fondos, donde sólo ha renovado el 50% de simpatizantes: "El dato es conmovedor, no a nivel de club, sino de la propia sociedad", lamenta Alfonso García

El dato de 46.937 parados en la provincia de Almería dado a conocer el martes por el Ministerio de Trabajo ha golpeado de lleno a la Unión Deportiva Almería en su línea de flotación. El club, que se marcó el ambicioso objetivo de lograr 20.000 abonados al inicio de la campaña de su segundo año en Primera, supera por poco los 11.000 cuando ya ha comenzado la Liga.

La directiva se dejó ayer de paños calientes y reconoció sin remilgos que están acusando la crisis que padece el país desde hace varios meses: "Hay una realidad en España porque en tribuna ha renovado el 90%, el 80% en preferencia, pero sólo el 50% en los fondos, por lo que cuanto más barato, menos se puede pagar", comentaba ayer al respecto Alfonso García.

En el seno del club lamentan especialmente el descenso de fieles en esa zona en particular, donde suelen ubicarse los los aficionados más animosos: "El dato de los fondos es preocupante y conmovedor, no a nivel de club, sino de la propia sociedad porque se ve que los más desfavorecidos son los que menos ingresos tienen y no pueden abonarse", apuntaba el presidente rojiblanco.

Esa exigua cifra de simpatizantes trasladada a números significa un descenso en los ingresos con respecto a la temporada pasada (en la que se alcanzaron los 14.500) de dos millones y medio de euros, montante al que habría que unir lo que se está perdiendo por el patrocinio de unas camisetas que aún no han encontrado comprador: "La publicidad antes o después la tendremos porque hay una cantidad mínima que no queremos rebajar". Esa cantidad es idéntica a la que ingresa por parte de Petronor un club de la solera del Athletic: 2.000.000 de euros.

Por esa tesitura transitan otros clubes de la categoría, ya que no es un padecimiento exclusivo del Almería: " Hay seis o siete equipos de Primera que pasan por lo mismo porque había muchos vinculados al sector inmobiliario, que es el que peor lo está pasando. Por eso negociamos con otro tipo de empresas , pero la camiseta tiene un valor. Lo que pasa es que el que puede no quiere y el que quiere no puede".

La paradoja radica en que pese al corte de varias vías de financiación, el club se ha visto obligado a elevar su presupuesto debido a la inversión en el mercado de fichajes, cercana a los veinte millones de euros: "Estaremos en 27 o 28 millones de presupuesto, por lo que aumentará tres o cuatro millones más debido al gasto en fichajes. Ésta es mi sexta temporada y todos los años he tenido que poner. Por eso pediría un poco de colaboración, aunque no exijo nada porque al final soy yo quien se está metiendo".

Pese a la actual coyuntura, no hay temor a un desequilibrio en las cuentas y Alfonso García recuerda que el Almería es uno de los clubes más saneados de la competición: "Está claro que no debemos nada a nadie en la Seguridad Social ni en la Federación porque no queremos meternos en donde no podemos salir ya que echaríamos por tierra un trabajo de seis años".

Ante tal panorama, la idea del club es tratar de darle un impulso final a la campaña de abonos antes del partido contra el Valencia y aprovechando el gran arranque liguero en Bilbao. La medida adoptada es subir el precio de las entradas para una serie de partidos lanzando el mensaje inequívoco de que quien quiera este año ver fútbol en el Estadio Mediterráneo tendrá que abonarse o hipotecarse.

"Se habla mucho de los abonos, pero al final no se capta lo que el club lleva queriendo transmitir desde hace años. La capacidad del estadio es de un 60% en los fondos y un 20% en tribuna y preferencia, respectivamente. Por ese motivo, no es cierto que el Almería sea el más caro, ya que la media sale a 500 euros, mientras el año pasado fue de 620, un 18% menos por lo tanto. Hay que contar la verdad y no lo que uno crea", especificaba ayer al respecto el propio Alfonso García.

Desglosando ese paquete de medidas, habrá dos medios días del club (Barcelona y Real Madrid) en los que los abonados tendrán que pagar la mitad del precio de las entradas -ver gráfico anexo- y donde se diferenciará entre el anillo de sillas blancas (en el que se ve peor por la ubicación) y el de las azules.

En las blancas la entrada será de 190, 150 y 90 en tribuna, preferencia y fondos respectivamente, mientras que en las azules el precio se incrementa a 240, 190 y 120. Las entradas de los niños hasta doce años costarán 45, 35 y 20 en orden decreciente.

La otra iniciativa, que no afecta a los abonados, se trata de aumentar el precio en cinco partidos concretos: Málaga, Sevilla, Valencia, Athletic de Bilbao y Atlético de Madrid, en teoría los equipos que mayor número de aficionados arrastran.

En el anillo blanco las entradas costarán 95, 75 y 45, mientras que en el resto de las gradas se eleva a 120, 90 y 60 euros: "La idea es que el abonado tenga muy claro que siempre va a tener una ventaja con respecto al resto de aficionados en cuanto a precios", puntualizó José Juan Bonillo, vicepresidente económico.

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