Literatura

Mayte Uceda presentó en Almería su última novela ‘El maestro de azúcar’

  • La escritora participó el pasado jueves en el ciclo ‘Diario de los Libros’ que organiza Diario de Almería

La escritora asturiana Mayte Uceda presentó el jueves en la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía su última novela El maestro de azúcar. La actividad formaba parte del ciclo Diario de los Libros que organiza Diario de Almería. La escritora fue presentada por Antonio Lao, director de Diario de Almería y María del Mar Ruiz, Vicerrectora de Cultura y Sociedad de la Universidad de Almería. En el acto también participó Aránzazu Martín, delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Almería.

Aránzazu Martín dio la bienvenida a la autora Mayte Uceda y agradeció a Diario de Almería y a Antonio Lao la labor que realizan en favor de la cultura. “Destacar la magnífica contribución de Diario de Almería a la difusión de la cultura en nuestra región. A lo largo de los años este medio ha sido un firme defensor de las artes y las letras”.

María del Mar Ruiz, vicerrectora de Cultura y Sociedad de la UAL, expresó su satisfacción por estar en un entorno tan bonito, presentando la novela de Uceda, El maestro de azúcar. Ruiz dio unas pinceladas de la sinopsis de esta obra que se desarrolla a finales del siglo XIX en Cuba.

La autora asturiana que se mostró feliz de estar en Almería presentó a las dos grandes protagonistas de la novela como son Mar y Paulina, la primera hija de un médico y la segunda una viuda joven. “Son dos mujeres, que viven en un pueblo pequeño de Asturias. Lo que diferencia a estas dos mujeres fundamentalmente es su nivel social”.

Uceda a lo largo de la presentación dio cuenta de la antagonista de la novela que es Frisia Noriega, que representa la maldad en la obra. “Hay gente que tiene predisposición a hacer maldades pero el ambiente donde se cría hace el otro 50 por ciento. A veces la conducta se puede modificar con la educación”.

“Frisia justifica su comportamiento por todo el daño que le hicieron cuando era pequeña. Tuvo una infancia muy dura, era huérfana y se crió en auspicios y luego se puso a servir en casas de señores donde no la trataban muy bien. Frisia se cree con todo el derecho de devolver todo el mal que le habían hecho. Ella culpa a la sociedad de haber tenido una infancia traumática”, subrayó la autora de El maestro de azúcar.

En la novela, Mayte Uceda sostiene que hay también esperanza. “Tanto Mar Altamira como el maestro de azúcar, Víctor son dos personas muy interesantes, ya que Mar ha leído mucho y Víctor ha viajado mucho. Intentan paliar las injusticias que se van encontrado dentro del contexto de la plantación azucarera cubana de finales del siglo XIX, que era un contexto muy complicado”.

Al público que llenó el salón noble de la Delegación del Gobierno, Uceda le explicó el trabajo del maestro de azúcar. “Los maestros azucareros eran unas personas que tenían unas capacidades distintas, tenían los sentidos muy desarrollados. El maestro azucarero era la persona encargada de decidir cuando ese grano de azúcar estaba en su momento óptimo de la producción, y para hacerlo utilizaban los sentidos como el gusto, el olfato y el oído. Se hablaba de ellos como personas soberbias que ganaban mucho y vestían de una forma distinta”.

El tema de la esclavitud está en cierta forma presente en la obra de Uceda, a pesar de que la novela se desarrolla una década después de su abolición. “Los africanos que llegaban a las costas de América, muchos de ellos eran esclavos en su tierra. Decimos que en la novela hay muchas injusticias, pero es que para ellos no eran injusticias. Había una desigualdad entre hombre y mujer, pero para ellos no era una injusticia”.

“La novela trata de poner en valor, al contrario de lo que se muestra en películas y en otras novelas, que la masa de trabajadores africanos no era homogénea, ya que no se llevaban bien, procedían de distintos lugares de África y muchos de ellos eran rivales en sus lugares de origen. Eso provocaba muchos desencuentros en los barracones y se peleaban entre ellos”.

También se refirió a los denominados indianos, que algunos triunfaron en Cuba y regresaron con dinero pero otros muchos vinieron igual o peor que se habían marchado. “En el último tercio del siglo XIX y primer tercio del siglo XX emigró de España un 20 por ciento de la población. Ello se debió a las políticas que favorecían la emigración ultramarina y el ejército, ya que el servicio militar suponía muchos años para ellos y decidían irse fuera. Los que volvieron enriquecidos fueron cuatro, la mayoría volvían como se habían marchado, y otros muchos peor, e incluso algunos no regresaron a su tierra porque les daba vergüenza”.

A lo largo del acto literario también se habló de un personaje especial en la novela como es Solita, la niña de 10 años, una muleca que se convierte en la sombra de Mar. “Le adjudican a esta niña para que vaya con ella a todas partes. Es un personaje que me fascina”.

“Me resulta más fácil escribir un personaje femenino que masculino, pero en principio había un personaje masculino importante en la novela pero por exceso de extensión lo tuve que quitar. Era un soldado que salía de España y se iba a la guerra de Cuba. Esa parte de ese soldado que salía de Cartagena la quite, pero la guardo, porque me daría juego para otra novela”, explicó la autora asturiana a su paso por Diario de los libros.

Uceda calificó su novela como “una obra de personajes que transitan por un periodo determinado. Lo que más me interesa de una novela es producir algún tipo de emoción en los lectores. Es fundamental”. Mayte Uceda estuvo firmando ejemplares de su libro El maestro de azúcar.

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