TODAVÍA no salgo de mi asombro por las declaraciones de Hugo Sánchez en rueda de prensa a la finalización del encuentro. ¿Cómo es posible que un técnico de primera división admita haber preparado un partido para jugar al pelotazo, con el fin de salvar la presión del conjunto rival? O sea, para evitar el empuje del Sporting, según lo visto ayer, uno de los equipos más limitados de toda la categoría. ¿Y para eso coloca el entrenador azteca en el once titular a Corona? ¿Para, con el talaverano, buscar el rechace provocado por el juego directo? Sin embargo, Domingo Cisma, que por cierto estuvo fatal, en manifestaciones a Onda Cero afirmó que la consigna era conectar con Corona de otra forma, claro. Eso ya suena mejor. Pues cuando nos enfrentemos a rivales de más entidad, no sé qué vamos a hacer. Y no digo ya frente al Madrid o al Barça. La primera mitad fue para olvidar, disputada sin criterio alguno, a la espera de un rebote milagroso, no ya para marcar un gol, sino para acercarse con cierto peligro al área contraria. Lo mejor fue el resultado y Crusat. En la segunda se mejoró bastante, aunque lejos del juego exhibido frente al Valladolid. Quizá, eché en falta en los minutos finales a David Rodríguez, ya que Uche anduvo casi todo el choque perdido. Si bien el ingreso de Piatti aportó frescura, no entendí la entrada de Guilherme para sustituir a Domingo Cisma, cuando el equipo precisaba otras medidas más urgentes en ese momento. Espero que el presidente se haya dado cuenta de que el equipo necesita un centrocampista porque, como en esta ocasión bien indicó Hugo, al periodo de recuperación de Vargas hay que añadir su incierta puesta a punto.