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Sin timón ni timonel

  • Acomplejados El equipo sigue mostrando síntomas preocupantes a domicilio y Hugo no encuentra soluciones Impotentes Los rojiblancos se vieron incapaces de remontar el tempranero tanto de Diego Castro a los 5 minutos de juego

El primer gol fue obra de Diego Castro, pero la afición sportinguista ya lo había gestado antes del comienzo con el recibimiento que le hizo a su equipo, bufandas al viento. Pura e insana envidia lo que se ve por el norte.

El Almería saltó al terreno de juego con los mismos complejos que la campaña pasada lo convirtieron en uno de los peores equipos a domicilio del campeonato. Un monigote. No parece que lleve camino de enderezar esa tendenciosa conducta. La primera parte fue un monólogo local, con innumerables ocasiones de gol.

Hugo y Preciado apostaron de inicio por esquemas tácticos similares, pero la disposición de piezas del cántabro fue más efectiva que la del mexicano. La apuesta por incluir a Lora en el carril diestro para frenar a Crusat, por ejemplo, no le pudo ir mejor, ya que fue el encargado de asistir a Diego Castro en el 1-0.

El mediocentro reconvertido a lateral le ganó la espalda a Cisma y su servicio lo puso Castro en la escuadra, lejos del alcance de Alves tras golpear en Chico. El primer aviso lo había dado con el pitidio incial Barral, por lo que el gol no pilló a nadie desprevenido.

Con su portería desvirgada, el Almería intentó llegar al área rival buscando sobre todo a Crusat y Juanma en las bandas, si bien el único que llevó verdadero peligro fue Corona a balón parado.

Un córner del talaverano que Chico remató de cabeza ligeramente desviado fue lo único reseñable, amén de una falta lateral que acabó en un monumental barullo en el área.

El Sporting siguió a lo suyo sin inmutarse generando oportunidades de gol, pero Maldonado, Rivera, De las Cuevas y Diego Castro no encontraron portería. En total, y dado que Hugo es amigo de contabilizar los méritos de unos y otros, el Sporting tuvo siete ocasiones claras por apenas dos dudosas de los almerienses.

La entrada de Piatti aportó mordiente al ataque pero privó al equipo de la fina ejecución de la estretegia que estaba llevando a cabo Corona, con lo que el cambio de cromos resultó neutro.

El equipo ciertamente mejoró en el segundo acto porque no le quedaba otra si no quería marcharse de vacío y nada más reanudarse el encuentro Kalu Uche tuvo el empate en su cabeza, pero el testarazo a centro de Juanma se marchó rozando el palo.

El Sporting buscó entonces el contragolpe con descaro y tanto Barral como Diego Castro pudieron ampliar la renta, pero sus disparos salieron desviados.

Viendo la impotencia del Almería para si quiera obtener el empate, habrá que ir empezando a preguntarse si lo que falta es efectividad o pólvora en la delantera. Hasta que no se estrene Goitom no se podrá dictar una sentencia al respecto.

Pero no es menos cierto que quienes ante el Real Valladolid vieran el vaso medio lleno seguramente que ayer lo observaron medio vacío.

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