Lobo y perro | Estreno en Filmin

Que San Miguel nos proteja

Ana Cabral y Ruben Pimenta en una imagen de 'Lobo y perro'.

Ana Cabral y Ruben Pimenta en una imagen de 'Lobo y perro'.

La isla de San Miguel, en el archipiélago portugués de las Azores, se debate entre las tradiciones y el folclore religioso y el turismo como fuente de ingresos y recursos. Atrapados entre esos dos mundos, los dos protagonistas adolescentes de Lobo y perro, Ana y Luis, buscan encontrar o afirmar su identidad no normativa entre los pliegues de la rutina laboral precaria, los estudios, los corsés de la vida familiar, las romerías de temporada y el continuo anhelo de escapada.

El nuevo largo de Claudia Varejão (Amor fati) asume un perfil híbrido netamente contemporáneo en ese cruce entre la etnografía local, el trazo documental y la fantasía queer para liberar desde sus cuidadas y hermosas formas (formato 1:33:1, 16 mm, colores vivos, actores no profesionales y una banda sonora electro-pop en contrapunto) a esos dos jóvenes que se reivindican en cada plano más allá incluso de toda estructura narrativa.

Lobo y perro se abre y desvía (a veces con regresos innecesarios o redundantes) del relato convencional para construirse entre escenas independientes y autónomas en las que las figuras se funden con el paisaje o bailan suspendidas a cámara lenta su particular danza de los cuerpos deseantes, soñadores y transfigurados.