rugby promoción de descenso de división de honor b

Apuros para lograr salvarse

  • URA hace buena la ventaja de 19 puntos de la ida para continuar en la categoría de plata ante un peleón rival

  • Tremenda fiesta cruzada, con un público sano y animoso, como siempre

Cuando URA consigue las cosas, las consigue con un sufrimiento infinito. No se conforma con lograr sus objetivos, lo hace teniendo a su afición en vilo hasta el último suspiro. Y eso es cierto que al final sabe mejor y se celebra prácticamente como una hazaña, tal y como ocurrió en la mañana de ayer, en la que el míster Pablo Jiménez acabó primero manteado y luego remojado con un enorme cubo de agua.

A los almerienses le ha costado la misma vida asegurarse su tercer año consecutivo en División de Honor B. Hicieron buena su victoria en tierras madrileñas, porque ayer se encontraron con un rival más peleón de lo esperado y que iba a sorprender durante casi todo el partido. La derrota almeriense por tres puntos, sin embargo, permite lograr el objetivo tras haber ganado en Majadahonda de 19.

Pero de todo lo sucedido en el Emilio Campra, lo más emocionante fue la despedida de Pablo Jiménez Barceló, que anunció a sus jugadores en el corro final que no seguirá siendo su entrenador. Tras un ascenso a la categoría de plata y dos permanencias consecutivas, el sabio trabajador de la gorra calada, empapado de agua y del cariño de todos sus hombres, anunció el fichaje de un míster de alto nivel y advirtió sobre una mayor ambición el próximo curso.

De esta manera, Jiménez deja al URA asentado en la categoría de plata y ahora el club tiene que trabajar en un proyecto que permita al rugby almeriense estar entre los mejores. Lo que está claro es que la institución está dando pasos de gigantes y, sobre todo, se evitó dar uno atrás en esta promoción de descenso.

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