Marco Motta comparecía ayer ante los medios por primera vez desde su presentación oficial y aclaraba que su llegada al club vino facilitada por la intermediación de José Martínez, agente FIFA e hijo del vicepresidente de la entidad, Ricardo Martínez, que fue quien lo puso en contacto a su vez con Lorena García, hija del presidente, para que pudiera ejercitarse a prueba.

El defensor italiano, que debutó ante el Girona y mantuvo su condición de titular frente al Tenerife, tiene fe en el plantel, quizá por su condición de recién llegado: "Todos tienen un nivel parejo y el Almería no es inferior a nadie en la categoría, pero estamos en descenso y es nuestra realidad".

Poco amigo de rodeos, Motta califica como final el choque ante el UCAM Murcia, ya que el equipo necesita ganar justo la mitad de las confrontaciones restantes, ocho de dieciséis, para estar en números de permanencia: "Somos colistas, pero afronto el partido contra el UCAM Murcia como si viniera el Barcelona. La mente y el cuerpo tienen que pensar solo en ganar, así tendremos dado el primer paso. Definiría el partido como un duelo a vida o muerte para nosotros".

Cuestionado acerca del malestar entre los seguidores rojiblancos, el jugador transalpino intentaba empatizar con un graderío que acumula una gran cantidad de sinsabores:"Entiendo el enfado de la afición, porque yo tampoco puedo estar feliz con una nueva derrota. Cualquier decisión que tome será respetable, y les pido que animen al máximo".