De la media docena de contrataciones invernales realizadas por la UD Almería (Motta, Sereno, Borja, Álamo, Yoda y Kalu Uche) es de sobra conocido que a estas alturas solo ha ofrecido el rendimiento esperado el centrocampista gallego, aunque está por ver cuál será su rol a las órdenes de Ramis, partiendo como suplente en los dos partidos dirigidos por el técnico catalán.

Todo lo contrario ocurre en su próximo rival, un Nástic de Tarragona que durante el mes de enero supo reforzarse a conciencia con futbolistas que le han dado un salto de calidad al plantel para salir del pozo clasificatorio en el que se encontraba. Dos nombres simbolizan esa mejoría: Achille Emaná y Manu Barreiro.

El centrocampista camerunés volvió de su exótica experiencia en el fútbol japonés (jugó cedido en el Tokushima Voltis) para unirse a su hermano Stephane y tirar del carro con dos goles ante Lugo y Sevilla Atlético que le reportaron 4 puntos a los tarraconenses, además de repartir otras dos asistencias.

Algo parecido ocurre con el ariete adquirido al Deportivo Alavés, ya que Barreiro ha sido partícipe desde su llegada en tres goles y dos de ellos, los facturados ante el Córdoba y el Valladolid, contribuyeron a sumar 6 puntos de oro en las aspiraciones del conjunto grana.

A eso hay que unir la buena labor en el banquillo de Juan Merino como sustituto de Vicente Moreno, cogiendo al equipo como colista. Y es que incluso el propio Chuli suma ya dos goles y dos asistencias en el Getafe, pero al Almería no le carburan los fichajes.